El pasado 22 de diciembre Netflix volvió a apostar por Emily in Paris. La serie, protagonizada por Lily Collins, es un éxito total y llegó con una nueva temporada tras un año sin tener noticias de la ejecutiva de marketing, Emily Cooper. En esta ocasión la protagonista se enfrenta a nuevos desafíos laborales y al peor momento en su vida privada: hacerle frente a la culpa por haberse acostado con el novio de su amiga. 

Sin embargo, así como la excelente trama que tiene es un punto a favor para la tira, la realidad es que Emily in Paris tiene una gran puesta en escena. Es que, como bien confirma el nombre, la ficción está ambientada en Francia, especialmente en la capital parisina, pero al mismo tiempo recorre los mejores lugares turísticos que tiene el país. De hecho, en esta edición fue cuando mejor se conocieron algunos puntos de la ciudad. 

No obstante, fueron dos las mejores locaciones que tuvo esta temporada de Emily in Paris y, lo mejor de todo, es que se pueden visitar en la vida real. El primero y principal de todos es Villefranche - sur - Mer. En uno de los primeros episodios de la segunda edición Emily viaja un fin de semana de vacaciones a Saint-Tropez, pero por más de que utilizaron el nombre de aquella pequeña ciudad, la protagonista no estuvo originalmente allí, sino en el anteriormente mencionado. 

Es más, en este capítulo hubo una gran combinación entre Villefranche - sur - Mer y Saint - Jean - Cap - Ferrat, el cual también se puede visitar. Asimismo, otra de las mejores locaciones es Le Marche D’Aligre la cual queda plasmada en pantalla cuando Emily y Gabriel van al mercado para comprar buena comida para la celebración de cumpleaños de ella. Este lugar está ubicado en la ciudad 12. 

Sin dudas, Emily in Paris es una de las series más ambiciosas de Netflix por la cantidad de lugares que recorre y el presupuesto que llevó poder filmar en estas distintas ciudades. De hecho, este es uno de los grandes atractivos de la ficción gracias a que no se guarda nada en ninguno de los episodios.