Desde hace unas semanas los fanáticos de Kimetsu no Yaiba volvieron a sonreír, y es que el popular animé tuvo su regreso a la pantalla con la adaptación del Arco del Tren Infinito, el mismo que fue llevado a la pantalla grande y elevó aún más el fenómeno. En el segundo episodio hubo un diálogo que demostró por qué Tanjiro no tendrá un camino fácil hasta cumplir su propósito.

Esta parte de la historia cuenta cómo Muzan Kibutsuji envía a Enmu a matar al joven Kamado y al resto de los Cazadores de Demonios para obtener más poder y ascender en la organización. Tanjiro, Nezuko, Zenitsu e Inosuke aceptan unirse a Kyojuro Rengoku para derrotar al demonio responsable de numerosas desapariciones en el Tren Infinito, pero el protagonista también intentará encontrar respuestas sobre la Danza del Dios del Fuego.

+La debilidad de Tanjiro Kamado

Al momento de arribar el Tren Infinito vemos que el joven Kamado busca acercarse a Rengoku para ayudarlo en una misión y aprender de él lo más que pueda. Sin embargo, antes le preguntó acerca de la Danza Hinokami Kagura que le enseñó su padre cuando era un niño, pero el Pilar le asegura que jamás había escuchado algo de eso, generándole un desconcierto por no encontrar la respuesta que buscaba.

Es allí que Kyojuro se niega a decirle más sobre el uso de la espada con Respración de Llamas, aunque sí lo haría en caso de que acepte ser su aprendiz. Tras una explicación de los cinco elementos que componen a los Pilares, Rengoku descubre que la espada de Tanjiro es negra y le dice que es un desafortunado, ya que nunca hubo alguien que alcance el nivel de Hashira con un arma de ese color.

Recordemos que el plan de Tanjiro es incrementar su poder como cazador de demonios para derrotar Muzan Kibutsuji e intentar que su hermana, Nezuko, vuelva a ser una humana corriente. Es por eso que ahora mismo corre en desventaja por su espada negra, aunque también podría indicar que está abierta a un potencial único que lo transformaría en una especie de Elegido.