Si hay un artista que logró distinguirse por un perfil bajo fue Luis Miguel. A pesar de ser uno de los cantantes más importantes de México, siempre consiguió que las noticias que llevaban su nombre sean pura y exclusivamente por temas profesionales y, cualquier cosa de índole privado no se sabía si él así no lo quería.

Pero, cuando Netflix puso sobre la mesa de Luis Miguel la idea de hacer una serie sobre su vida, todos sus secretos quedaron revelados con lujo de detalles. El pasado 18 de abril se estrenó la segunda temporada de esta biografía de El Sol de México y ya es un furor, especialmente por los tópicos que está tomando.

Más allá de que no era un secreto a voces, la desaparición de Marcela Basteri, la progenitora del cantante, es lo que más llama la atención de estos capítulos que se estrenan todos los domingos. Sin embargo, también está el tema que tiene como protagonista a Michelle Salas.

En la actualidad, Michelle Salas es una joven de 31 años, pero cuando era solo una niña tardó en ser reconocida por su padre, el mismo Luis Miguel. Y, en la producción de Netflix, es Macarena Achaga la actriz que interpreta a la única heredera de la máxima estrella de México.

Sin embargo, Michelle Salas en la actualidad está muy distinta a cómo se la ve en la serie. Con los años adquirió popularidad en la escena pública al punto de convertirse una modelo de talla internacional y, además, participó en diversos eventos públicos acompañando a su familia materna.

En cuanto a su relación con su padre, Salas empezó a aparecer en las cámaras con él luego de que la reconociera biológicamente. Y, mucho antes de que Luis Miguel admitiera que Michelle es su hija, ella habló con los medios y dijo: “ya no quiero que me compadezcan por ser la hija no reconocida de Luis Miguel cuando él sabe que existo. No le pido una vida, sólo quiero que me dé cinco minutos para que me explique sus razones. Que me diga qué pasó y ya”.