Son pocas las actrices que, por más que pasen los años, siguen en la memoria colectiva de los espectadores. Tal es el caso de Florinda Meza, más conocida como la intérprete de Doña Florinda en El Chavo del 8.
Florinda Meza en su papel de Doña Florinda. Foto: (IMDB)
La nacida en Zacatecas, que con sus manías de retar al Chavo (Roberto Gómez Bolaños) o mandarlo a su barril saltó a la fama internacional, es ahora una mujer de 72 años que se hizo muy activa en las redes sociales. Así como les sucedió a muchos, durante la pandemia, Florinda Meza entró en el grupo de riesgo de cuidados contra el COVID y, por eso, aplicaciones como Twitter se transformaron en su medio de descargo.
Doña Florinda le puso humor a la crisis sanitaria.
Pero, además de todo, la viuda de Roberto Gómez Bolaños, utilizó la red del pajarito para pedir a los mexicanos que mantengan todas las precauciones para estar a salvo del coronavirus. “A ver, tesoros, ¿ya se lavaron las manos? ¿Se pusieron cubre bocas? ¿Están guardando la distancia? Cuídense mucho, los amo y los quiero sanos y felices”, escribió el pasado 22 de marzo con una foto en la que se la ve caracterizando a Doña Florinda.
El tweet con el que Florinda Meza expresó su indignación.
Sin embargo, sus tweets, donde prima el humor para sacarle un poco de dramatismo a la crisis sanitaria, se vieron opacados por la indignación que le generó el último estallido en México. Hace tan solo una hora, Florinda Meza se refirió, también con un guiño al Chavo del 8, a los mexicanos que viajaron por el fin de semana largo: “¿De vacaciones en plena pandemia? Mejor vayan a cuidar a su abuela. Tesoros, no se junten con tanta chusma”, posteó.
Así luce el aeropuerto Benito Juárez.
La molestia de la también guionista se debe a que, en las últimas horas, se conoció que el aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México colapsó de personas con la intención de viajar. “No entendemos que no entendemos. Así luce el aeropuerto Internacional Benito Juárez previo a la Semana Santa”, publicó el periodista Alberto Rueda junto a una postal en la que se ve cómo el aeropuerto se asemeja a un día normal en el metro.