La inmigración es algo que existe desde tiempos inmemorables, en especial en Argentina donde, la mayoría de la población actual somos descendientes de algún extranjero. Entre bisabuelos, abuelos o padres, algún hilo de sangre extranjera nos recorre por nuestras venas y por eso, El Vasco me llenó de emoción y sentimentalismo.

El Vasco llegó hoy, 14 de septiembre a todos los cines y es una co producción entre Argentina y España. La historia sigue a Mikel, un joven vasco harto de la vida en España donde vive sin dinero y sin empleo. Por eso, y con el fin de alejarse, Mikel llega a Argentina donde lo reciben parientes que mantienen vivas las raíces en el club vasco local.

Fue Chelo, su tío y quien es originario de un pueblito de Córdoba, en Argentina el que lo contactó a través de redes sociales por una atractiva propuesta de trabajo. Sin embargo, la ambición de Chelo, interpretado de manera sublime por Eduardo Blanco, lo lleva a exagerar con este trabajo que, cuando Mikel lo descubre, es completamente decepcionante.

Chelo y Mikel.

Chelo y Mikel.

Y, si bien la combinación entre un tímido, inexperto y cauto vasco como lo es Mikel y el histrionismo, seduccción y caradurez del argentino Chelo es interesante, cómica y hasta a veces absurda, su desarrollo se termina volviendo previsible. Esto sucede al igual que el resto de la trama, que incluye una historia de amor un tanto vergonzosa como los desvaríos de una vasca antigüa que vuelve a conectar con sus raíces tras la llegada de Mikel.

De todas maneras, y a pesar de las desventuras que tiene el guion con estas previsibles acciones que enfrentan los protagonistas, cada miembro del elenco volvió esta película un himno eterno y un enternecedor homenaje a la inmigración. Qué difícil es abandonar el país de uno, dejando todo atrás y arrancando una nueva vida en una cultura que, si bien se parece a la propia, arroja particularidades desconocidas.

La llegada de Mikel a Argentina.

La llegada de Mikel a Argentina.

Es eso, justamente, lo que le sucede a Mikel cuando llega a Argentina. Por lo que la interpretación de Joseba Usabiaga es completamente destacable. A medida que se desarrolla la película, nos ofrece un personaje lleno de inseguridades, pero con una determinación arrolladora. Y, por supuesto, su contemplación y predisposición son lo que lo ayudan a lidiar con cada nuevo obstáculo o, más bien, desafío: Chelo, la cuidadora de la abuela y la abuela desvariada, al igual que la llegada de su hermana.

Eduardo Blanco.

Eduardo Blanco.

Pero, por supuesto, es por eso que no puedo dejar de mencionar a Eduardo Blanco, a Laura Oliva, a  Itziar Aizpuru, a Inés Efrón y hasta a Itziar Ituño con su participación especial. Son todos ellos los que, junto a Usabiaga acompañan una trama encantadora, enternecedora y que refleja lo duro que es darse cuenta que la solución a los problemas no es escapar de ellos al otro lado del mundo.

La autenticidad del elenco, con la combinación de drama y comedia que tiene el libreto, hace que todos los detalles previsibiles y quizás un tanto clichés queden chicos al lado del realismo que refleja. Es una historia humana que, tiene por detrás, un sentimiento que afrontan muchas personas y es, ni más ni menos, que la inmigración.

El Vasco es de esas películas que te llevan a enfrentar la realidad de la que a veces tanto deseamos escapar. Sin dudas, un emocionante homenaje a la inmigración y una hermosa obra de arte completamente humana que es tan encantadora como divertida.