El superhéroe acuático de DC interpretado por Jason Momoa vuelve a ser puesto a prueba por Black Manta en Aquaman y el Reino Perdido. Esta vez a una mayor escala y con una amenaza a nivel global. Pero la debilidad del guión deja algunos cabos sueltos que dejarán con más de una duda sobre la conclusión de la entrega. Por eso aquí tenemos el ¡final explicado!
En la nueva aventura estrenada por Warner Bros., Aquaman forja una alianza incómoda con un aliado poco probable para salvar a Atlantis y al resto del planeta de la muerte inminente. Esto porque su némesis se ha hecho con un botín con el que busca derretir los hielos del Polo Sur para revivir una fuerza maligna lpuesta bajo prisión desde hace años.
La producción tiene un desarrollo lineal y sin mayores giros o complicaciones narrativas. Utiliza unos cuantos flashbacks para poner en contexto la historia, a propósito del pasado de Atlantis, pero no hay mucha más vuelta que darle. Aún así, el libreto van dejando unas cuantas cosas en el camino que si no estás atento probablemente te las pierdas en el visionado.
Por otro lado, la película dirigida por James Han pone el final definitivo del Universo Extendido de DC como lo conocíamos hasta ahora. De ahí que no se esmere en forjar tejido conectivo con las escenas post-créditos o siquiera deja abierta las posibilidades al concluir su historia. Es que ahora sí que entra en vigencia la llegada de James Gunn para comandar el buque junto a Peter Safran, a modo de reinicio para DC en el cine.
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Vamos por parte. Lo primero que hay que entender es qué hay detrás del lugar al que hace referencia el título de la película. Tras hacerse con el Tridente oscuro, en la isla conocida como La Boca del Diablo, Manta habla con la voz dentro del tridente que le instaba a seguir adelante con sus planes para conseguir el poder suficiente que lo conduciría a patatar a Aquaman.
El villano así envía el combustible conocido como oricalco -que fue robado previamente en Atlantis- para ser incinerado en una antigua refinería. Esto libera una considerable porción de gases de efecto invernadero a la atmósfera. La idea es calentar el ambiente buscando liberar de su prisión helada a Kordax -sí, la voz del siniestro personaje que habla desde el tridente-.
Arthur y Orm descubren la ubicación de Black Manta y acuden hasta La Boca del Diablo para detenerlo. El objetivo se consigue parcialmente, porque logran acabar con la emisión de los peligrosos gases. Sin embargo, Manta escapa del lugar con una nueva meta en la cabeza.
Durante el enfrentamiento, Ocean Master sostiene en sus manos el Tridente Oscuro, con lo que obtiene conocimientos sobre el pasado de Atlantis y la verdadera naturaleza de El Reino Perdido.
Así expone que Necrus, el lugar referido en el título de la película y uno de los reinos del mar, era una nación poderosa que prosperó gracias al uso de oricalco. Liderado por Kordax, Necrus se estaba convirtiendo en el reino más poderoso del mar hasta que Atlan intervino para decirle a su hermano que el oricalco estaba destruyendo el planeta. Kordax no se tomó bien la intervención y pensó que su hermano estaba celoso de su poder. Eso fue lo que lo impulsó a forjar el Tridente Oscuro, que lo convirtió a él y a la gente de su reino en poderosos monstruos.
Acto seguido la guerra entre Atlantis y Necrus fue inevitable. Todo se redujo a una pelea entre hermanos. Atlan derrotó a Kordax y selló a Necrus bajo el hielo. En la tarea, Atlan utilizó su sangre para imponer un sello mágico que aprisionó a Kordax durante siglos hasta ahora.
Así, Orm termina revelando que Black Manta ahora buscaba liberar a Kordax de su encarcelamiento usando la sangre de Atlan. En ese sentido, el descendiente más vulnerable de Atlan es Arthur Jr. El villano acude hasta el faro del padre de Arthur, Thomas, dejándolo gravemente herido y secuestra al bebé.
Nuevamente desorientados sobre hacia dónde se dirige Manta, o sea sin saber dónde se encuentra exactamente Necrus; la ayuda les cae del cielo a los atlantes. Esto porque Dr. Shin, el científico e investigador fascinado con Atlantis, decida traicionar a su empleador, Black Manta, y le envía las coordenadas a los héroes.
Orm y Arthur desarrollan su relación como hermanos a través de Aquaman y el Reino Perdido.
Aquaman y El Reino Perdido ¡Final explicado!
Black Manta logra llegar a Necrus y usa sus armas para destruir el hielo restante que mantenía cautivo al Reino Perdido. Y con ello también libera al mismo ejército de monstruos que Kordax desató contra Atlantis siglos antes, durante la guerra.
El mayor problema para los atlantes es el cañón sónico desarrollado por Shin para Manta. Lo que frustró múltiples oportunidades de capturarlo previamente. Es por eso que Aquaman deduce que la misma frecuencia de sonar que usaban los animales marinos podría usarse para alterar la frecuencia del cañón sónico. El plan funciona y los amigos marinos de Aquaman destruyen el arma y el antiguo submarino de Manta.
Una vez en la la sala del trono de Kordax, Manta y Shin se acercan para desangrar al hijo de Aquaman y así liberar al antiguo regente. Pero Shin traiciona a su empleador y se niega a darle el bebé. Aún así, Black Manta consigue poner sus manos sobre Arthur Jr. y cuando está a punto de matarlo, Aquaman llega para rescatar a su hijo.
La pelea se inclina a favor de Black Manta, pero la sorpresiva aparición de Mera cambia las cosas y le permite a Aquaman recuperar la ventaja. Mientras Mera intenta escapar con Arthur Jr., Manta lanza el Tridente Oscuro en su dirección. Pero Orm logra atrapar el objeto, impidiendo que dañe a Mera, pero al mismo tiempo es poseído por Kordax, quien salta de Manta a Orm.
Yahya Abdul-Mateen II en el rol de Black Manta.
Kordax usa los sentimientos negativos de Orm hacia Arthur en su contra para poder obligarlo a matar a Aquaman. De hecho, logra herir al superhéroe y la sangre que se derrama es suficiente para romper el sello de Kordax.
Eso sí, antes de que Kordax escape de su confinamiento, Arthur toma el Tridente Oscuro para conectar sus pensamientos con Orm. Así utiliza sus propios pensamientos y sentimientos para convencer a su hermano menor de que podían trabajar juntos para evitar que el mal escapase.
Orm no se muestra convencido de buenas a primeras, pero finalmente suelta el tridente para librarse de la manipulación de Kordax. Arthur le lanza el Tridente Negro a Kordax, quien lo atrapa en el aire. Pero Orm finalmente apoya a su hermano y le entrega su tridente a para que acabe con Kordax. Aquaman entonces destruye tanto el Tridente Oscuro como al monstruoso Kordax con el lanzamiento.
Aquaman vuelve a confiar en sus capacidades como regente tras esta aventura dirigida por James Wan.
La muerte de Kordax provoca el desmoronamiento del Reino Perdido. Manta queda al borde de una de las grietas y está a punto de caer cuando Arthur le ofrece ayuda. El villano la rechaza: prefiere morir antes de aceptar la compasión de Aquaman.
Los protagonistas logran escapar de Necrus a salvo. Arthur decide permitirle a Orm tener su libertad porque su hermano obtuvo su redención en esa batalla final. Al mismo tiempo, Orm reconoce que Arthur es un buen líder y que depende de él liderar de la mejor manera posible para que el resto de Atlantis apoyara su liderazgo.
La película concluye con Aquaman entregando un mensaje al mundo entero: tanto la superficie como las profundidades pueden coexistir. Él mismo, como hijo de la superficie del mar, se pone como ejemplo y prueba de que la superficie y la Atlántida son capaces de vivir en armonía.
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La conclusión de la película con Jason Momoa prácticamente no deja nada a la imaginación para los espectadores. Este se perfila como un final definitivo y positivo tanto para la película misma como para el DCEU. No quedan preguntas sin responder, con vacíos que alguna otra película deba resolver. El círculo se cierra.
¿Y la escena post-créditos? Eso lo explicamos en otro artículo.
