Hablar de Kate Winslet es hablar de una actriz que hace ver grande a todo trabajo en el que participa debido a su extraordinario talento. Su presencia en la pantalla impone desde que sorprendió al mundo con Criaturas celestiales hasta su aparición en la estupenda serie Mare of Easttown. En esa trayectoria dentro de los sets cuenta con una película que pasó desapercibida para mucha gente, pero le valió a ella una nominación al Oscar por su interpretación. Se trata de Iris.

Después de haber protagonizado Titanic, Winslet tardó en dejar de ser encasillada como la mujer que conquistó a Leonardo Di Caprio en una tragedia marítima. Por fortuna no pasó mucho tiempo para que eso sucediera. Gracias al estreno de Quills, la actriz deslumbró como Madeleine, una lavandera que se siente atraída por los textos del Marqués de Sade.

 

Posteriormente llamó la atención por interpretar a la periodista Bitsey Bloom en The Life of David Gale, una película que impactó en la audiencia y en la crítica, tanto por la trama (la pena de muerte en Texas) como por las actuaciones. Sin embargo, entre este filme y Quills, Winslet participó en Iris, una de las mejores historias de amor que se han llevado al cine en los últimos 20 años.

Allí, la actriz nacida en Reading, Inglaterra, personifica a la escritora Iris Murdoch en su juventud. Con el peor corte de cabello de toda su filmografía, además de un look trabajado para ocultar su belleza natural, Winslet diseñó un personaje con la intención explotar sus capacidades actorales con un mayor grado de complejidad, especialmente porque Judi Dench daba vida a Iris Murdoch en su edad adulta, por lo que debía tener una sincronía del mismo nivel. 

Kate se encargó de recrear la etapa de crecimiento de Iris como escritora y su noviazgo con el crítico literario John Bailey, quien había sido su profesor y con el que decidió pasar el resto de sus días. Mientras que Dench muestra el deterioro de Murdoch como consecuencia del Alzheimer, Winslet transita por la lucidez que la llevó a consolidarse como una de las plumas más finas y leídas por tocar de manera profunda temas como la sexualidad, la libertad y el amor.

Y es precisamente el amor lo que guía a esta película a través de la relación entre John e Iris. Lejos de lo que son las comedias románticas, o las producciones que resaltan este sentimiento con situaciones irreales, Iris lo matiza mediante la entrega y la ternura que existe entre dos seres humanos que deben sortear efectos críticos que ponen a prueba el corazón, tal es el caso de la enfermedad de Alzheimer. 

 

¿La amas al grado de apoyarla y quererla ver triunfar en su área? ¿Eres capaz de estar con esa persona que dices amar hasta el inesperado y terrible momento de su deterioro? Esos cuestionamientos reflexivos surgen como consecuencia de lo que cuenta el filme, pero además por la fuerza que imprimen Kate Winslet y Judi Dench al personaje central en sus distintos periodos. 

Otro de los retos que se propuso Winslet, lo cumplió. ¿Cuál? Hacer brillar a Judi Dench en su faceta de primerísima actriz. La célebre M de la saga del 007 fue nominada al Oscar por su actuación, mientras que Kate mereció esa misma distinción en la categoría de actriz de reparto, lo que también evidenció el profesionalismo de Dench, quien preparó su papel para ponerlo en tono a la calidad de Winslet.

Si bien no levantó la estatuilla, Kate ganó más de lo que se imaginó. Comenzaron a buscarla para proyectos con roles más intensos y de mayor exigencia. ¡Basta con ver la carrera que ha labrado hasta el día de hoy!