The Crown se convirtió en un éxito rotundo en Netflix por mostrar el detrás de escena de una de las familias más poderosas del mundo. Desde su estreno en 2016, la serie causa polémica por las impactantes revelaciones que hace sobre el reinado de Isabel II. La cuarta temporada que se estrenó este domingo siguió esa línea y causó revuelo por abarcar la conflictiva relación entre el príncipe Carlos y la princesa Diana. En las últimas horas, tanto el heredero del trono como su hijo se expresaron en contra de los nuevos capítulos.

Si bien no hicieron declaraciones públicas, Daily Mail informó por medio de fuentes del Palacio de Buckingham que el príncipe de Gales se quejó porque "muchas de las cosas que se representan no se ajustan a la verdad". Su imagen fue una de las más afectadas a lo largo de los 10 episodios. 

"Esto es drama y entretenimiento con fines comerciales, que se hace sin tener en cuenta a las personas involucradas. Es arrastrar cosas que sucedieron en tiempos muy difíciles hace 25 o 30 años sin pensar en los sentimientos de nadie", fueron las palabras de Carlos según el periódico británico. 

William, uno de los hijos que tuvo con Diana y el segundo príncipe en la línea sucesoria, opinó en el mismo sentido que su padre y según pudo recoger The Times, está enojado con la serie de Netflix porque piensa que su familia está siendo "explotada para ganar dinero". Daily Mail también agrega que el primogénito de Lady Di "cree que aparecen representados de una forma falsa y muy simplista"

 

 

The Crown: los príncipes Carlos y William fueron muy duros con la serie de Netflix

 

 

Aunque se trate de una serie basada en la realidad que cuida los detalles, los productores se encargaron de aclarar que es una ficción y no un documental. Sin embargo, en el seno de la familia real la cuarta temporada cayó mal y tanto el biógrafo de Carlos como el comentarista real expresaron su descontento con The Crown. La prensa inglesa también fue crítica con los nuevos episodios y cree que este año puede marcar la pérdida de la credibilidad a la creación de Peter Morgan. 

Por otro lado, Dickie Arbiter, prensa de la reina Isabel II hasta el 2000, fue más contemplativo y advirtió a los espectadores que vean la serie como "ante todo un entretenimiento"