Es frecuente que, en redes sociales, las imágenes se viralicen a la velocidad de la luz y que distintas personas se vuelvan muy familiares, incluso sin conocerlas. Este es el caso de Kailia Posey, la niña de la sonrisa viral que conquistó al mundo. Pero una noticia hoy conmocionó a Internet: con solo 16 años, su familia le confirmó a TMZ que murió a causa de un suicidio. Y, en medio de mensajes de aliento, sus padres iniciaron una campaña para prevenir este tipo de situaciones.
Kailia Posey (Instagram @kailiaposey).
Kailia Posey tuvo su pequeño momento de fama cuando participó del exitoso programa Toddles & Tiaras. En aquel reality, que seguía de cerca los concursos de belleza infantiles en Estados Unidos, se presentó con apenas 5 años. Pero su carisma fue suficiente como para destacarse del resto de las competidoras: su sonrisa tan simpática la volvió un ícono de Internet, permitiendo que hasta la actualidad se continúe difundiendo su foto en tono de meme.
A pesar de ya ser conocida mundialmente, no se quedó de brazos cruzados: continúo trabajando como modelo, participó de Ultimate Dream Queen , se entrenaba como porrista y contorsionista y hasta se animó a involucrarse en la actuación. De hecho, llegó a conseguir un papel en Eli , la película de terror disponible en Netflix , en la que un niño de 11 años con una extraña enfermedad llega a una clínica remota para someterse a un tratamiento experimental.
Siguió trabajando a través de sus redes sociales, donde más de 24 mil usuario s seguían su rutina, y perseguía un gran sueño a futuro: ser piloto de avión. Pero, una vez más, quedó en evidencia que no todo lo que se muestra en Internet es tan glamoroso como se ve: Kailia Posey optó terminar con su vida con solo 16 años. “ Aunque era una adolescente con un futuro brillante por delante, desafortunadamente tomó la decisión precipitada de ponerle fin a su vida terrenal ”, sostuvieron sus padres.
Asimismo, su madre publicó en Instagram una despedida que trajo un sinfín de mensajes de apoyo por parte de sus seguidores: “Todavía no tengo palabras ni pensamientos. Los tengo presentes a todos con sus amables mensajes. Una hermosa niña se ha ido. No se siente real. Sigo esperando que ella cruce la puerta y grite mi nombre. Dennos privacidad mientras lamentamos la pérdida de Kailia”. En este sentido, su familia creó un fondo en una fundación para colaborar con aquellos estudiantes en crisis y prevenir el suicidio en adolescentes.