La vida de Chris Evans dio un giro totalmente inesperado cuando se sumó al Universo Cinematográfico de Marvel. Interpretando al legendario Capitán América en la franquicia de superhéroes conoció la fama inmediata y mundial. El actor se llegó a ganar el corazón de todos los fanáticos al darle vida a un personaje tan querido en los cómics y, a su vez, tan icónico en los films. Pero, aún así, todo llegó a su fin.
Chris Evans se despidió del Capitán América y de Marvel en 2019 tras Avengers: endgame. En esta cinta, su personaje volvió a su época verdadera para terminar su vida con su verdadero amor. Aunque, lo cierto es que los fanáticos siguen sin olvidarlo y, de hecho, a pesar de que ya hay otro centinela de la libertad, él sigue siendo el favorito de todos.
Asimismo, Chris Evans dejó en claro que de Marvel tiene muy buenos recuerdos, pero que de momento no está listo para volver. Es que, por lo que parece, el actor está centrado en nuevos proyectos y en una vida tranquila en su lujoso hogar. Porque, hay que destacar que su paso por el estudio más grande de Hollywood le dejó buenas cifras de dinero con las que se puede dar privilegios.
Chris Evans siempre será el Capitán América. Foto: (Getty)
En 2013, tras desembolsar 3.520.000 dólares, Evans se compró una enorme mansión en Los Ángeles, California. El que fuera el hogar del actor está localizado en el barrio de Laurel Canyon, en Hollywood Hills. Esta propiedad cuenta con 4599 pies cuadrados y está situada en un terreno de 76 acres. Conformado por tres habitaciones, cuatro baños, una piscina y un spa, este fue el hogar de él hasta enero de este año.
De acuerdo al New York Post, el actor decidió volver a sus orígenes y refugiarse en Boston, la ciudad que lo vio nacer. Según la publicación de este medio, el intérprete está ubicado en Massachusetts junto a su hermano Scott y su amigo infaltable, su perro Dodger. Por lo visto, la intención de esta mudanza es construir una nueva vida acompañado de su familia y, al menos hasta ahora, lejos de los reflectores de Hollywood.
