Hoy devenido en un ícono indiscutido de Hollywood, Keanu Reeves se ha convertido en una de las estrellas favoritas de los amantes del cine. Todo lo que haga el actor de Matrix, ya sea dentro o fuera de un set de rodaje se va a ganar la atención de quienes siguen de cerca lo que pasa con su vida. Así es como historias vinculadas a lo que hace con su salario de Matrix o cómo pasa el tiempo con su hobby favorito, las motocicletas, no tardan en ser noticia.
Junto a Carrie-Anne Moss, poromocionando Matrix. (Getty)
Lo cierto es que mucho tiempo antes de convertirse en la figura del cine de acción que es hoy en día, Keanu Reeves tuvo que sortear algunos obstáculos. Después de hacer producciones como My own private Idaho, con su amigo River Phoenix, o Bill and Ted (que durante la pandemia estrenó la tercera película de la saga), algunos productores tenían ciertos problemas a la hora de pensarlo como el protagonista de sus películas de acción. Sin embargo, esto cambió gracias a dos largometrajes en particular.
+La primera película de acción de Keanu Reeves
En 1991, después de varias idas y vueltas que incluso tuvieron cambios importantes de elenco, Kathryn Bigelow fue la responsable de dirigir Punto Límite. La historia giraba en torno a una banda de delincuentes que asaltaba bancos con máscaras de presidentes y eran perseguidos por una dupla de policías (el veterano Pappas interpretado por Gary Busey, y Johnny Utah, a cargo de Reeves).
Según contó el guionista de la película, Peter Iliff, durante una entrevista con Mirá A Quién Encontré, fue Bigelow la que peleó porque Keanu Reeves fuera aceptado como protagonista. No solo no se lo veía como una estrella de acción sino que ni siquiera tenía la contextura física para hacerlo. Por eso, el actor se la pasó entrenando para lograr ganar musculatura y demostrarle a todos que estaba a la altura de las circunstancias. Los resultados, están a la vista con una genial película pochoclera que llegó a ser parodiada en Hot Fuzz.
+La segunda película de Keanu Reeves como héroe de acción
Tres años más tarde, a Keanu Reeves le llegaría la historia consagratoria. En 1994, cuando todavía se dudaba de su capacidad para convertirse en héroe de acción, Jan de Bont lo eligió para convertirse en el policía Jack Traven. En Máxima Velocidad, Reeves encarnó al protagonista de una historia en la que un terrorista plantó una bomba en un autobús que debía ir a más de 80 kilómetros por hora o explotaría. Según recordó el guionista, Graham Yost, en una entrevista con Mirá A Quién Encontré, aunque tuvieron dudas sobre contratar a Keanu, al verlo llegar en su motocicleta al estudio y verlo convertido en Traven entendieron que no podían dejarlo ir.
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