Robert Pattinson se convirtió en la gran figura de los últimos meses luego de introducirse por completo en el género de los superhéroes con su protagónico en The Batman. Dirigida por Matt Reeves, la película de DC Comics, se transformó en una de las celebridades más buscadas de la actualidad. Pese a ello, el actor conoce muy bien cómo reservar su intimidad como, por ejemplo, su romance con Suki Waterhouse que pocos conocen.
Parejas de Hollywood existieron muchas, pero pocas veces una de tan perfil bajo como el amor entre el protagonista de Crepúsculo y la modelo. Y es que, según trascendió, se trata de una relación muy seria y que resguarda su vínculo de la opinión pública. De hecho, algunas fuentes aseguran que consideran planear una boda y que ella fue muy bien recibida por la familia Pattinson. Pero… ¿cómo surgió exactamente?
Robert Pattinson no oculta sus sentimientos públicamente: se mostró con Nina Schubert, con Kristen Stewart y conFKA Twings. Pero ahora, habría encontrado a su gran amor y prefiere no exponerse demasiado. Waterhouse, rostro de importantes marcas, se metió de lleno en la actuación en 2012 y comenzó a tener un contacto aún más directo con la industria cinematográfica. De esta manera, se conoció con el actor mexicano Diego Luna, con quien mantuvo un romance hasta 2015.
Precisamente en 2018, Robert Pattinson y Suki Waterhouse comenzaron una relación estable que se conserva hasta el día de hoy. Si bien intentan mantener el anonimato, lo cierto es que en reiteradas oportunidades se los ha visto paseando por Londres, ciudad natal de ambos. Además, han confirmado que pasaron la cuarentena por coronavirus confinados en un mismo hogar, fortaleciendo así su convivencia.
Fue en febrero de este año cuando, en diálogo con GQ, Pattinson se refirió a ella por última vez en público. Para la entrevista, se había pautado un encuentro en el zoológico de Londres y, finalmente, tuvo lugar en Holland Park, en la zona sur de Notting Hill. Así explicó: “Anoche hablé con mi novia y me dijo que a la gente no le gustan los zoos. Yo tenía en mente algo más metafórico, pero luego me imaginé a un oso tristón caminando en círculos y pensé: qué chungo”.