Los protagonistas de “Supervivencia al desnudo” revelaron los secretos del reality filmado en Colombia. Cristian, Rodrigo y Estefanía fueron 3 de los integrantes del reality de Discovery que llegó a la plataforma de streaming . Este desafiante programa, conocido como “Naked & Afraid” , regresa con una edición inédita llamada “Supervivencia al desnudo Latinoamérica” , presentando a 10 participantes latinoamericanos enfrentándose al reto de sobrevivir 21 días sin comida, agua ni ropa en la selva colombiana.
Estefanía, argentina de 32 años y ex jugadora de hockey, se adentra en este desafío con su pasión por la naturaleza y su decidida personalidad. A su lado, otros participantes como Cristian y Rodrigo, argentinos de distintos ámbitos. Todos enfrentan temperaturas extremas que oscilan entre los 40 grados durante el día y menos de 20 durante las noches, mientras lidian con la fauna y flora salvajes de la región.
La selva colombiana, escenario de esta aventura, alberga más de 800 especies de fauna y flora salvaje, desde caimanes y anacondas hasta jaguares y arañas. Cada participante, seleccionado por su Coeficiente de Supervivencia Primitiva (CSP), tendrá un desempeño que pondrá a prueba su capacidad de adaptación y supervivencia en condiciones extremas. “Supervivencia al desnudo Latinoamérica” promete ofrecer una experiencia cautivadora para los fanáticos de la aventura, que llegó a Max el 29 de febrero.
¿Cómo llegan a ser parte de este reality?
Rodrigo: Bueno, yo creo que como Dios lo trajo al mundo pasa a ser como un segundo plano, es como un desafío dentro del desafío. Someterse a un desafío de supervivencia en un ambiente hostil, desconocido, viene de haber mirado muchas películas de aventuras y siempre querer acercarme a eso a Indiana Jones y viene por ese lado lo mío. Haberlo vivido de manera independiente en algunos viajes a la selva y ahora esta oportunidad era imposible desaprovechar.
Christian: En mi caso fueron dos cosas por un lado conocerme, conocerme en esta situación súper extrema, a ver cómo a ver, yo me consideraba que tenía una vida extrema bueno, quería llevarla a un mucho más allá. Y por otro lado obviamente que va a quedar filmado y va a quedar grabado y en una mega producción. Mira si no voy a querer también que eso suceda.
Estefi: Lo que me motivó y lo que me movió es, claramente, hay una personalidad que tenemos los tres que la demencia. Una demencia del ser que está adentro, inquieto, constante y en esa inquietud de que no te guste que haya límites de reconocer el límite. Entonces, siempre intentar ahí un poco más lejos en lo que sea y donde sea. Y de la forma que sea. Entonces, ese alma inquietante creo que es el pulso.
Estuvieron 21 días en la selva. (Max)
¿Habían visto algo previo, otra versión del reality?
Rodrigo: Sí, sí, yo soy fan. Lo miraba mucho. Me nutría mucho en mis viajes independientes, me nutria mucho de lo que veía, pero es otro partido. Verlo por la tele y jugarlo es otro partido. Uno al verlo y ver cómo le salen bien las cosas a muchos sobrevivientes, piensa que que es fácil y la verdad que subestima mucho. A mí me pasó eso lo subestimé mucho. El desafío me golpeó en la cara. Me golpeó en la cara. Lo disfruté, pero la selva golpea.
Cristian: El primer reality de este estilo que vi y del cual dice fanático fue A prueba de todo. Pero tienen pantalón y camisa, y los sigo admirando, y esto es totalmente distinto. Somos gente que aún estando preparados, no nos dedicamos a esto, entonces fue… no dejamos de ser unos chicos y chicas que los sacaron del sillón y los pusieron en el medio de una selva extrema, sin nada.
Estefi: Lo mío fue saber que estaba siendo partícipe de un de un de entrevistas para poder ingresar y a la vez buscando en Google capítulos de Supervivencia al desnudo random… “Ah, esto está en todo el mundo. Ah, mira, puede tocarte frío calor. Ah, listo estoy demente”. Fue en ese mismo momento darme cuenta de todo: o lo entendés o te lleva puesto todo.
Hay varios desafíos particulares de estar en la selva, insectos, calor… ¿cuál fue el mayor?
Rodrigo: Los desafíos a los cuales nos sometimos. Lo más extremo creo que fue temperatura. Frío, lluvia y algunos animales que no te pueden morder porque si te muerden te vas a la B. Y lo sobrevivimos. Creo que eso. Insectos y la mente al no dormir que te juega unas malas pasadas todo el tiempo.
Christian: Si se pudiera instalar una cámara dentro del cerebro, sería fantástico. Mi mayor desafíos fue sobreponerme a una tercer noche sin dormir. Es un agotamiento terrible. Ya no hay donde más y te siguen picando los mosquitos, tampoco lo entendés. La picazón, la picazón es algo extremo y también lo que dice Rodrigo, uno no se imagina lo que baja la temperatura en esos lugares. Uno cree que es fácil dormir estando cansado. No, aún cansado y agotado el cerebro no puede dormir en ciertas condiciones y eso es terrible.
Estefi: El desafío fue el clima. Al cien por ciento. Tan austero todo hace eso… a la madrugada te estás calentando un órgano con el último fueguito que tenés y te rotás rapidísimo porque te tenés que calentar el otro órgano del otro lado y darle cinco minutos para que… bueno esas cuestiones. Y de lo que no se ve, estaba pensando, la mente es mágica, es mágica y te lleva a lugares profundos.
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¿Les pasó fantasear por el estado extremo?
Rodrigo: Sí, personalmente sí. Vi una rata y que no estaba. La quise agarrar tres veces y ya sabía que era una alucinación y la seguía viendo. Fue falta de sueño y hambre.
Christian: Por momentos no sé cuánto tiempo llevaba parado mirando un árbol. No supe cuánto tiempo pasó entre que volví a reaccionar o no. Sí, la mente… la realidad y la ficción… hay momentos donde no sabes cuál es cuál, no las podés distinguir.
Estefi: Sí. No voy a hacer apología la droga, pero creo que en un momento realmente… el sol… pasaron tantos días en la ausencia del sol, que cuando me moví y apareció y no sé qué, era un estado, que, “uff, estoy puestísima” (risas). Y a la vez, baja de energía baja, de comida y el sol entrando por todos los poros… cosas básicas: agua en todo el cuerpo, que depende el lugar; sol en todo el cuerpo, que solamente lo recibía de a rayitos… y realmente son cosas muy bruscas para el cuerpo, cuando le das ausencia de 10 días de algo, o de comer o 21 días ausencia de lo que sea. Uno no lo piensa pero si el hígado no ingirió por 21 días, o no fuiste al baño por 21 días, o no hiciste… y son impactos muy heavy para el cuerpo. Y pasarlo por adentro, como experiencia, la verdad que me saco el sombrero con todos nosotros que fuimos.
Todas las temporadas se pueden ver en el catálogo de Max. (Max)
¿Qué es lo que más extrañan? ¿Qué fue lo primero que hicieron cuando volvieron al mundo real?
Rodrigo: Lo que más extrañé estando en la naturaleza fue la familia. Los sentimientos quedan muy a flor de piel y si uno es medio mamero se nota muchísimo más. Pero después, la comida. Cuando salí pedí 12 platos y me pusieron 12 platos distintos, entre langosta, fideos… y una botella de whisky. No saben cómo comí.
Christian: Yo lo que más extrañaba era una manta. Tiritar a la noche es lo peor que te puede pasar. Y lo que me sucedió, la primera vez que volví a comer, estando todavía allá en Colombia, me recomendaron que comiera de a poco, por el aparato digestivo… y me comí un plato paisa, que es una cosa así con huevo, tocino, de todo y dije, “bueno, ya está si vengo del extremo que se prepara el órgano para de golpe darle con todo”, porque tenía un hambre… me morfe todo y por suerte el estómago anduvo bien.
Estefi: Cuando estaba ahí no extrañaba nada en verdad. Soy muy, con mis perros, muy fanática y todo, pero bueno, era parte de la experiencia de estar lejos. Si a nivel físico extrañé la comida, el hecho de “sí, me gustaría comer un plato de comida ahora”. Después cuando volví también es muy fuerte la polaridad, entonces tenés como una angustia oral por días, que dura, de realmente estar 48 horas, cada tres segundos y medio, metiéndote algo al buche, y no dormir no dormir porque estás comiendo todo el tiempo.
+Así es Meta, la región colombiana en la que se grabó Supervivencia al desnudo
Meta, la región colombiana donde se rodó el reality es un vasto territorio de más de 6.200 km2 que alberga una impresionante diversidad de vida. Con más de 800 especies de fauna, que incluyen desde anguilas eléctricas y caimanes hasta serpientes y pumas, y una flora salvaje que abarca bosques, sabanas, lagunas, caños y pozos interconectados, ofrece un escenario desafiante para los participantes. Sin embargo, la región también presenta riesgos, como inundaciones repentinas, debido a sus características geográficas. Además, la amplitud térmica, que puede superar los 20 grados, con máximas que alcanzan los 40 grados, añade un desafío adicional a la ya extrema experiencia de supervivencia en esta selva colombiana.