Greta Gerwig es una de las directoras más buscadas del momento. A punto de estrenar su película Barbie en la pantalla grande, de la mano de Warner Bros. Pictures, acaba de cerrar un acuerdo con Netflix para estar al frente del regreso de Las crónicas de Narnia, después de las tres películas que ya se vieron en el cine.
Lady Bird, el film que terminó de consagrar a Greta Gerwig como directora. (IMDb)
Está claro que el crecimiento de Greta Gerwig tiene un punto de origen y tiene que ver con todo lo que trabajó años anteriores para llegar a donde está ahora. Pero hay algo que la caracteriza entre todos los que trabajan con ella: su corazón. Así fue revelado después de que se diera a conocer una anécdota suya de su paso por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
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Según una entrevista de Barry Jenkins con el medio IndieWire, cuando vinieron junto a Aaron Katz y Greta Gerwig en 2008, él y Katz no pasaban por un buen momento económico. En ese entonces, no conocía a la realizadora pero el festival los iba a acercar de una forma que jamás olvidaría.
“Estaba arruinado”, aseguró Barry Jenkins, quien también destacó que Greta Gerwig era “la reina de Mar del Plata” gracias a su paso por producciones “mumblecore” que tan en boga estaban. Cuando pudieron hablar con ella en un momento del festival, le dijeron: “Bueno, tenemos hambre y estamos arruinados”.
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Lejos de hacerse la distraída, Greta Gerwig se encargó de que sus colegas se sintieran contenidos. “Entonces Greta dice, ‘Bueno, porque estoy en este jurado especial me dieron todos estos pesos’. Abre su bolso y tiene todos estos pesos. Ella dice, ‘Vamos, vamos a comer’. Nos llevó por Mar de Plata a gastar todos sus pesos dándonos vino y comida”.