De ser la Princesa del Pop a no poder disponer de sus propios bienes. Así es la triste historia de Britney Spears que a sus 39 años pasó de ser una de las cantantes más famosas del mundo a quedar inhabilitada por problemas de salud. La desgarradora situación puede tener un punto final este mismo miércoles porque la estrella pedirá a la Justicia que quiten la tutela a su padre para poder vivir libremente. ¡Repasa todo lo sucedido y cómo se llegó a esta dura realidad!
El presente de Britney se explica desde su infancia: desde los cuatro años, cuando comenzó trabajando en Broadway, su vida es manejada por su papá Jamie Spears. Manipuló su carrera hasta el mínimo detalle a tal punto de cambiarle su tono de voz porque se parecía demasiado a Christina Aguilera. Con fines de marketing y comerciales, la vida de la cantante estuvo permanentemente digitada por su entorno, hasta que un día explotó.
Cuando fue mayor de edad intentó formar una familia y tuvo dos hijos, pero todo se desmonoró en 2007. Al tratarse de un ícono mundial de la música, era asediada por los paparazzis y más después de su conflictivo divorcio con Kevin Federline. Esto le provocó escándalos públicos con los reporteros, donde la cantante no dudó en agredirlos paraguas en mano. El punto de inflexión se dio cuando apareció en la portada de Daily News con la cabeza rapada. Eso fue un llamado de atención para su entorno que decidió internarla.
Con el tiempo, la artista se recuperó, pero su padre pidió tener la cautela de su hija porque consideraba que no estaba en condiciones de llevar una vida ordenada. La Justicia se lo concedió en 2008 y desde entonces la cantante, que ya tenía 27 años, no puede disponer de su propia existencia.
¿Qué significa que su padre tenga la tutela?
Entre otras cosas, no se le permite hacer lo siguiente sin el permiso de su papá: conducir en coche, casarse, tener más niños, gastar su propio dinero, disponer de sus bienes, ver a sus hijos o salir de su casa. Sin embargo, la cantante quiere acabar con esta situación lo antes posible y por eso se presentó ante la Justicia.
Desde 2014, su abogado Samuel Ingham, insiste en la revoción de la tutela. Incluso llegó a decir que su "clienta tenía miedo de su padre”. Se filtró que la estrella solo recibía una paga semanal de 2,000 dólares cuando protagonizaba un espectáculo fijo que podía significar millones.
En septiembre del 2019, Jamie dejó la tutela por problemas de salud y pasó temporalmente a un asistente social. Britney aprovechó esta realidad y en marzo de 2020 lanzó una nueva ofensiva solicitando que su padre ya no tenga la tutela. De esta manera, se inició un largo juicio que hoy tendrá una audiencia decisiva con la jueza Brenda J. Penny.
El duro presente de Britney se hizo público y allí nació una campaña en redes con el hashtag #FreeBritney. Sus fans la apoyan incondicionalmente y creen que está apta a recuperar su vida porque siguió con su carrera. Sus últimas apariciones fueron en Instagram, donde se la vio bailando y en buen estado físico. Además, está de novia con el actor y modelo Sam Asghari.
