A pesar de que no soy muy fanática del color rosa, Barbie me ha encantado porque la logré ver como manifiesto rosa sobre el poder del trabajo creativo, la imaginación y el empoderamiento. Qué difícil puede resultar llegar a un live action lleno de actualidad incluso cuando se basa en la historia de una muñeca como la de Mattel, la cual es de épocas en las que la perfección era un requisito fundamental para ser aceptado.

Barbie, protagonizada por Margot Robbie y dirigida por Greta Gerwig llega en un momento histórico en la industria: los actores y guionistas se encuentran en huelga. Y este film es, justamente, una premisa de eso: una sublime creación del trabajo justo, intelectual, crudo y sin necesidad del uso de la inteligencia artificial. Pero, para comprender por qué este film, al cual fui a ver casi sin ninguna esperanza, me llamó tanto la atención, me divirtió y me emocionó, hay que empezar por el principio.

Barbie llegó al cine. Foto: (Warner Bros)

Barbie llegó al cine. Foto: (Warner Bros)

En esta ocasión, Greta Gerwig ha creado una historia por demás original. La cinta sigue, por supuesto, a la Barbie de Margot Robbie, quien se ve obligada a salir de barbieland luego de descubrir que tiene pies planos y comenzó a tener pensamientos sobre la muerte. La perfección dejó de ser una rutina en su vida y, por eso, debe solucionar este problema, pero yendo al mundo real.

Al hacerlo, no solo tiene que pasar por distintos caminos junto a Ken (Ryan Gosling), sino que además se encuentra con un mundo diferente al que ella creía. Lo que plantea Gerwig en su guion es la perfección de Barbie, la independencia y el empoderamiento de, incluso, un mundo ficticio liderado por mujeres. Pero, cuando el personaje de Robbie acude al mundo real, descubre que nada es lo que ella tenía en mente.

La sociedad utópica de Barbie termina teniendo un golpe real. Foto: (Warner Bros)

La sociedad utópica de Barbie termina teniendo un golpe real. Foto: (Warner Bros)

Un golpe de realidad a su sociedad utópica lleno de momentos de vulnerabilidad que, a nivel cinematográfico, fue perfectamente atrapante. De hecho, gracias a esto, por momentos me encontré empatizando con la sensibilidad del personaje y la ridiculez de su humor. Porque, una de las mejores cosas que se destacan de Barbie es la mezcla entre un mensaje empático y frenéticamente crudo con escenas ridículas de diversión que te hacen reír sin parar.

Por lo que la enseñanza es muy clara: “las mujeres pueden ser cualquier cosa”, pero no solo ellas, sino también los hombres. Es que, para Ken y todos los kens del mundo también hay un mensaje: “ellos pueden y de la misma manera”. Pero, es muy al final de la película cuando esto se comprende con sencillez. Una conversación deja en claro que las muñecas son solo muñecas, independientemente de quiénes las crearon.

Margot Robbie en Barbie. Foto: (Warner Bros)

Margot Robbie en Barbie. Foto: (Warner Bros)

Y, si bien en momentos la historia se vuelve un poco tediosa y forzada, no deja de ser divertida, alegra, cruda con un mensaje que va directo al corazón, inteligente y un gran triunfo para el cine. Aunque, por si esto fuera poco, su elenco también lo es: Margot Robbie y Ryan Gosling son un dúo que, a pesar de que no me convencía, me sorprendió gratamente.

A Robbie le queda estupendo el papel de Barbie con una femineidad superheróica, mientras que Gosling dejó de ser ese galán reconocido de películas como La la Land o Diario de una Pasión. Ahora podemos disfrutar otra versión de él, una en la que se aggiorna a la época actual y es una coestrella perfecta dedicada a enaltezer la figura masculina en una película donde el feminismo es lo poderoso de la premisa.

Ryan Gosling en Barbie. Foto: (Warner Bros)

Ryan Gosling en Barbie. Foto: (Warner Bros)

Pero, más allá de esto, debo declarar que, a nivel producción, Barbie no ha terminado por cumplir mis expectativas. Si bien relató un mundo ficticio como el de barbieland paralelo al verdadero, el hecho de que la escenografía verdaderamente sea escenografía me hizo sentir mucha falta de realidad para considerarla un verdadero live action. ¿Es una gran película? Sin dudas, pero no puedo asegurar que a nivel visual sea un producto encantador.

Sin embargo, lo cierto es que la producción consiguió marcar completamente la diferencia entre el mundo real y barbieland justamente por este proceso caricaturesco que se le dio al espacio donde se desarrolló la historia. No obstante, más allá de esto, desde el libreto, las actuaciones y hasta el desarrollo lineal con sus coreografías, su rareza humorística y su hermosa iniciativa, Barbie es una película que divierte, enternece, te llega al corazón y te demuestra que todo es posible.