En uno de aquellos pequeños pueblos en los que nunca pasa nada, ocurrió uno de los crímenes más escandalosos de los ochenta en Estados Unidos. Se trata del juicio de Arne Cheyenne Johnson, la historia real tras El Conjuro 3, cuyo caso es conocido como “El diablo me obligó a hacerlo”. 

De entre todos los casos de la familia Warren, el caso de Arne Cheyenne Johnson siempre ha resaltado. Su historia está rodeada de inconsistencias que llevan a pensar en que a veces los seres humanos podemos ser más retorcidos que cualquier demonio. 

 

El juicio de Arne Cheyenne Johnson, la historia tras El Conjuro 3

Como seguro ya sabrás, y si no te contamos, las películas de la saga de El Conjuro están basadas en experiencias reales de Ed y Lorraine Warren. Y a diferencia de las películas, estos casos no siempre son miel sobre hojuelas para la pareja. En realidad varios de ellos ponen en duda la credibilidad de los demonólogos. El juicio de Arne Cheyenne Johnson es uno de ellos. 

Todo comienza en 1980, cuando la familia Glatzel busca la ayuda de la iglesia católica y de los Warren para tratar con la posesión demoníaca de su pequeño hijo David. El diagnóstico de Lorraine Warren es que el niño estaba invadido por 43 demonios y necesitaba con urgencia un exorcismo. 

 

 

Unos días después, 6 sacerdotes y el matrimonio Warren se reunieron para llevar a cabo la ceremonia. La hija de la familia, Debbie Glatzel, pidió a su novio Arne Cheyenne Johnson que la acompañara durante el proceso y fue de esta forma que el protagonista de El Conjuro 3 conoció a los demonólogos. 

Cuentan los Warren que durante el exorcismo, Arne Johnson continuamente hacía comentarios de burla sobre el supuesto demonio y que incluso llegó a retarlo directamente. Tras largas horas de trabajo, se determinó que David estaba libre de la influencia demoníaca pero algo en la actitud de Arne los hizo recomendar tenerlo observado.

 

Meses después de este suceso, Debbie y Arnie se mudaron juntos pero lo que parecía el inicio de una vida feliz juntos, terminó muy mal. Los Warren afirman que las personas cercanas a Johnson declararon que el joven había sufrido un cambio radical de personalidad, de un momento a otro se convirtió en alguien inestable y agresivo.

El crimen que inspiró El Conjuro 3

Todo explotó cuando el 16 de febrero de 1981, Arnie, Debbie, Wanda y Mary, hermana y prima de Debbie respectivamente, comenzaron a pasar el rato con Bruno Bono, el casero de la pareja. Según las declaraciones de Wanda y Mary, Bono comenzó a beber e intentó propasarse con Mary, quien en ese momento tenía 9 años.

Esto hizo rabiar a Arne Cheyenne Johnson quien, en medio de la discusión, entró en una especie de trance,  tomó un cuchillo y apuñaló al casero en el pecho en repetidas ocasiones. Después se levantó, salió de la casa y vagó por el bosque sin rumbo fijo. 

La policía lo encontró a 3 kilómetros del lugar del crimen y fue apresado en el Centro Correccional de Bridgeport.

Al día siguiente, Lorraine Warren declaraba a los medios de comunicación que Arne Johnson estaba poseído por un demonio.  Los agentes de relaciones públicas de los Warren, enseguida comunicaron que la pareja ya preparaba un libro que detallaría los hechos del caso e incluso existía la posibilidad de realizar una película.

La exposición mediática alrededor del caso fue espectacular y el día del juicio se volvió aún más fuerte cuando el abogado de Arne, Martin Minnella, alegó “posesión demoníaca” como argumento de inocencia y citó la famosa frase: “El diablo me obligó a hacerlo”. Esto convertiría al juicio de Arne Cheyenne Johnson en el primero de Estados Unidos en utilizar las presencias demoníacas como defensa del acusado. 

El juez no dudó en rechazar este argumento, explicando que sería incomprobable y poco científico aceptarlo. Y estableció que el jurado no podía tomar la supuesta posesión como parte de su deliberación. El resultado fue una condena de 10 a 20 años por homicidio en primer grado de los cuales solo cumplió 5. 

Pero este no es el fin de la historia, a pesar de que en El Conjuro 3 quieran hacerlo ver así.  Dos años después del juicio y tras una película poco exitosa, Gerald Brittle, con apoyo de Lorraine Warren, publicó un libro llamado The Devil in Connecticut manteniendo vivo el escándalo de Jonhson por varios años más. 

Hasta que en 2006, David Glatzel, el supuesto niño poseído, y su hermano, Carl Glatzel Jr. demandaron a los autores y editores del libro y declararon que la historia de los Warren fue un invento para aprovecharse de los trastornos mentales de David. Los hermanos confesaron que los Warren argumentaron que esta historia haría millonaria a la familia y ayudaría a Johnson a salir de la cárcel.

Incluso el padre de David, el señor Gazel, niega rotundamente haberle dicho al autor del libro, o a los Warren, que su hijo estaba poseído. Casualmente, los únicos que apoyan esta versión de “El diablo me obligó a hacerlo”, creada por los Warren, son Arnie y Debbie, quienes se casaron mientras él estaba en prisión y siempre se apegaron a la historia que contaron en el tribunal. 

No se tiene registro de que la posesión de Arnie continuará después del juicio y este supuesto caso de posesión demoníaca aún tiene tantos cabos sueltos que resulta sencillo pensar que no se trata más que de un espectáculo armado para ganar dinero y dejar libre a un asesino.