Si hay una mujer que logró hacerse de un nombre y un respeto en Hollywood, esa es Meryl Streep. Conocida por ser una de las más histriónicas y versátiles de la industria, tiene más de veinte nominaciones a los Óscar y tres estatuillas ganadas. Y, en los 50 años que lleva activos en su carrera, no paró de cosechar grandes éxitos convirtiéndose en una de las actrices más admiradas a nivel global.

No obstante, a pesar de que Meryl Streep siempre fue una mujer evidentemente perfeccionista, pero simpática sin igual, no todo fue color de rosas durante su carrera. Es que, recientemente, la misma actriz confesó que, para ella, hay una película que fue un verdadero suplicio por tener que interpretar a una mujer con la que no se sentía identificada en ningún aspecto.

Se trata de su papel como Miranda Presley el cual llevó adelante en el año 2006 durante el film El Diablo viste de Prada. En esta película, su personaje era la editora en jefe de la prestigiosa revista de moda Runway y, a pesar de que su actuación fue memorable, no se caracterizó por ser uno de los proyectos que más le agradó, sino que admitió que fue una experiencia “horrible”.

Según lo que dijo en una entrevista con Entertaiment Weekly durante una reunión virtual con sus compañeros de elenco, quienes celebraban 15 años del estreno del largometraje, el rodaje para ella fue una tortura. “Fue horrible, me sentí miserable en mi tráiler. Podía escuchar a todos reír, estaba tan deprimida. Pero bueno, me dije: “es el precio que pagas por ser el jefe” y, esa fue la última vez que intenté algo con el método”, fueron sus palabras exactas.

Es que, por sus palabras, Meryl tuvo que seguir la técnica de Konstantín Stainslavski, donde el actor tiene que permanecer en su personaje durante el tiempo de rodaje del film para poder llevarlo mejor adelante. Y, esta es una de las razones por las que la intérprete fue marcada por este personaje que, según dijo, no quiere volver a hacer algo así.