“Memoria, verdad y justicia” son tres palabras que han marcado a los argentinos a lo largo de la historia. La última dictadura cívico-militar que se llevó a cabo en 1976 fue un antes y un después en el país. Y ahora Santiago Mitre revive aquellos hechos con su nueva creación: Argentina, 1985. Este film llega a los cines mañana, 29 de septiembre, y es, sin dudas, la película que todos necesitábamos, pero no nos habíamos dado cuenta. 

Lo que sucedió en la última dictadura cívico-militar es una herida que sigue abierta para todos los argentinos. En especial, claro, para aquellos que vivieron esa época, pero ahora Santiago Mitre nos da, con Argentina, 1985, un recuerdo de lo que fue el camino a la democracia. La cinta relata cómo se llevó adelante el juicio a las juntas militares que derrocaron al gobierno de María Estela Martínez de Perón y se hicieron con el poder en el 1976, instaurando el régimen de facto más sangriento que existió en el país. Con Julio Strassera como fiscal del caso y Luis Moreno Ocampo como adjunto, dicho acontecimiento fue lo que nos devolvió la libertad convirtiéndose así un ejemplo en el mundo.

Y, si bien estas dos personas nos han marcado como país, es cierto que en algún punto habían sido olvidados. Por eso, el hecho de que Argentina, 1985 relate su historia y demuestre por qué son considerados héroes de la Nación, es para destacar. Pero no es sólo eso, sino que esta cinta es definitivamente una de las creaciones más impactantes, emocionantes y majestuosas con las que me he encontrado en lo que va del 2022. 

Porque, además, de su costado histórico, también edifica justamente este relato tan importante con sensibilidad y eficacia. Eso habla del impactante trabajo de Santiago Mitre, quien desarrolló esta obra con el mismo poder y amor que cada argentino necesita. Aunque, por si esto fuera poco, prescinde de administrar el suspenso yendo directo al punto. Asimismo, establece un entramado diverso marcando un juego con la memoria colectiva de cada ciudadano. 

No obstante, lo cierto es que esto no hubiese sido posible sin el grandioso e imponente trabajo de Peter Lanzani y Ricardo Darín. Si bien no es sorprendente decir que Darín hizo algo arrollador, lo de Lanzani superó todas las expectativas. Ambos se pusieron al hombro un papel histórico de una manera que verdaderamente merece llevarse todos los aplausos que recibieron alrededor del mundo. Con su labor, tan real, tan emocionante y atrapante, realmente se puede entender lo que sucedió en aquella época. 

Por otro lado, Santiago Mitre vuelve a destacar debido a la solidez y el equilibrio dramático con el que plasmó cada escena tan importante del juicio. Entre ellas se encuentra el discurso de Laura Paredes, quien contó con puro detalle cómo dio a luz en un patrullero. Emocionando y, sin exagerar, derribando hasta las lágrimas a quienes lo escuchan es uno de los momentos más destacados de la película. Y, claro está, no sólo es un recuerdo de los hechos atroces que se vivieron en aquella época, sino uno de los tantos que fue desenmascarado por el gran fiscal Julio Strassera

A su vez, el hecho de que Argentina, 1985 combina este mismo drama con el lado humorístico de la vida de Strassera es algo inigualable. Desde cada una de las escenas con sus hijos hasta cómo estos mismos actores se sorprenden con el hecho histórico, es todo perfecto. Por eso, quiero destacar una de las escenas que a mí más me sorprendió: los hijos de Strassera jugando entre ellos y la más grande diciendo: "Puedo hacerlo, estoy en democracia". Y a mi, como alguien que nació en Democracia gracias a su lucha, es algo que me emocionó gratamente. Porque, si bien conocía la historia, nunca me sorprendió el estar en democracia. 

Todo brilla en esta película y hoy, hablando desde el corazón, como una periodista que nació luego de estos hechos, no tengo más que agradecer. Gracias a Argentina 1985 por darnos el espacio, a quienes no estuvimos presentes en aquél entonces, para revalorizar y repensar lo que sucedió. Porque nos dan, como personas nacidas en democracia, el placer de conocer lo que verdaderamente fue un paso histórico y que nos cambió como país. Es por eso que, recordar y sentir ese deseo de memoria, verdad y justicia, el deseo de nunca más es lo que todos los argentinos necesitábamos, aunque no lo sabíamos.