"Frida, matices de una pasión" fue estrenada el 20 de noviembre de 2002 para retratar la vida de la famosa pintora mexicana Frida Kahlo y marcó un punto de inflexión en la carrera de su protagonista, Salma Hayek. Por un lado la actriz veracruzana catapultó su carrera en Hollywood, pero por el otro significó un calvario por los acosos que recibió del productor de la cinta Harvey Weinstein. Repasa esta historia a 18 años del lanzamiento. 

En una extensa columna en el New York Times de 2017 titulada "Mi monstruo, Harvey Weinstein", la estrella de cine narró paso a paso lo que tuvo que atravesar. La mexicana reveló que tomó valor para contarlo por las constantes denuncias contra el cineasta, en una época donde las mujeres de Hollywood comenzaron a acusar a sus abusadores luego del escándalo de Kevin Spacey. 

Hayek, que tenía 36 años en ese entonces, remarcó que la idea de hacer la película sobre Frida la tuvo durante 14 años y para llevarla adelante busco a Miramax, la productora de Weinstein. Sin saber lo que le esperaba, comenzó a trabajar con él y empezó a incomodarse porque poco a poco se fue propasando y ella debió continuamente negar sus intenciones. 

 

"No a bañarme con él. No a dejarlo que me viera bañarme. No a dejarlo que me diera un masaje. No a que un amigo suyo, desnudo, me diera un masaje. No a dejarlo que me hiciera sexo oral. No a desnudarme junto con otra mujer. Con cada rechazo surgía la ira maquiavélica de Harvey", explicó la actriz que reaccionó ante su acosador. 

Al no concretar su abuso, Weinstein perdió la cabeza y amenazó a la mexicana con retirar su productora del proyecto. Le pidió una serie de requisitos a nivel artístico (10 millones de dólares, actores de primer nivel y un director reconocido) y de no conseguirlos, buscaría otra actriz para la cinta. La intérprete consiguió todo y pudo consumir la película que ganó dos Premios Óscar: Mejor Maquillaje y Mejor Partitura Original.

Sin embargo, el calvario no terminó allí porque a cinco semanas de rodaje Weinstein volvió a acosarla, la insultó y dijo que la cinta necesitaba más sexo. Le puso como condición hacer una escena lésbica porque caso contrario se retiraría de la producción. "Tuve que decir que sí. Había pedido tantos favores y sentía una presión fuertísima para cumplir, al igual que un sentimiento profundo de gratitud por todos aquellos que creían en mí y me siguieron en el camino de la locura", recordó Hayek. 

 

Frida Kahlo: el calvario que vivió Salma Hayek con Harvey Weinstein durante el rodaje

 

 

"Los hombres acosan sexualmente porque pueden. Y las mujeres estamos hablando porque, en esta nueva era, por fin podemos hacerlo", concluyó la veracruzana en un fuerte mensaje para concientizar sobre el machismo y el abuso tanto en la industria del cine como en la sociedad en general.