El mundo no sería el mismo si hoy tuviéramos que llorar la muerte de Leonardo DiCaprio, después de algún accidente aéreo completamente evitable. Es que, parece que la suerte del actor cuando está en las alturas no es la ideal (o tal vez, sí, si se elige ver el vaso medio lleno). En una entrevista con Ellen DeGeneres, el artista que ganó el Oscar por su trabajo en The Revenant contó cómo fueron las dos experiencias más terribles que le tocó vivir.

+El avión a Rusia con Leonardo DiCaprio

Si hay algo que no se le desea ni al peor de los enemigos es el tener que afrontar una situación de vida o muerte en un contexto en el que el idioma es una barrera. Así fue para DiCaprio que estuvo muy cerca de la muerte durante un vuelo a Rusia que no salió como lo habían planificado. “Estaba en un avión a Rusia, y el motor explotó. Miraba por la ventana y el motor se transformó por completo en una bola de fuego”, detalló el artista.

Lo curioso es que, según contó, nadie más en el avión parecía darse cuenta de que había fuego afuera de la nave. “Eran todos pasajeros rusos y sentí que estaba muerto y había ido al Paraíso, porque nadie decía nada”, reveló al tiempo que contó: “Grité con todas mis fuerzas: '¿Qué demonios pasa?'”, hasta que la gente comenzó a mirarlo. “La azafata se acercó y me dijo: 'Parece que tenemos un pequeño problema. Perdimos uno de los motores', y un ruso le pregunta: '¿Cuántos motores teníamos?' y ella le dice: 'Bueno, teníamos dos. Ahora tenemos uno'”, recordó el artista. Según su relato, el avión estuvo 45 perdiendo combustible hasta que pudo hacer un aterrizaje de emergencia. 

+Los paracaídas no se llevan muy bien con Leonardo DiCaprio

Para el actor de Once upon a time… in Hollywood, hubo una secuencia en la que toda la vida le pasó por delante de los ojos y fue mientras caía al vacío a toda velocidad. DiCaprio había accedido a saltar en paracaídas con unos amigos, pero los que llevaba en su mochila no habían sido guardados de forma correcta. “Cuando los dos paracaídas no se abren, tiendes a no repetirlo”, explicó, antes de contar lo sucedido.

“Salté del avión y mi primer paracaídas no se abrió. Es tándem, así que tienes a alguien en tu espalda. Cortó esa soga, caíamos hacia la Tierra, ahí es cuando empiezas a ver pasar la vida delante de tus ojos. El segundo también estaba enredado, vi a todos mis amigos abrir sus paracaídas y yo seguí cayendo en picada libre”, aseguró. De acuerdo a lo que pudo contabilizar, el problema con el paracaídas se extendió “por unos buenos, no sé, 20 ó 30 segundos”, hasta que el especialista que lo acompañaba pudo solucionarlo. El problema es que, por la velocidad que llevaban, podía romperse la piernas con el impacto. Si bien esto no pasó, Leo se juró no volver a someterse a esto: “Fue una de las peores experiencias de mi vida y no la voy a hacer nunca más”.