Este martes 9 de enero marcó un hito para los seguidores del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) con el esperado estreno de “Echo”. Anunciada hace tiempo, la serie se posicionó como el primer gran lanzamiento del año para la franquicia, listo para cautivar a los fanáticos a través de la plataforma de streaming Disney+. La trama sigue a Maya López, interpretada por Alaqua Cox, quien, perseguida por el imperio criminal de Wilson Fisk, se ve obligada a enfrentar su propia familia y legado en una historia repleta de acción y venganza arraigada en la nación Choctaw de Oklahoma.

La serie, marcada por su crudeza y profundidad, se presenta como una historia independiente con solo cinco episodios. Echo está diseñada como una serie limitada, y los créditos revelan a un talentoso equipo de escritores y directores, incluyendo nombres como Sydney Freeland y Catriona McKenzie. Entre los personajes clave, destacan los regresos esperados de Vincent D’Onofrio como Wilson Fisk/Kingpin y Charlie Cox como Matt Murdock/Daredevil, consolidando aún más los vínculos entre las distintas narrativas del MCU.

Después del estreno de esta nueva miniserie del MCU, conversamos con Richie Palmer, productor ejecutivo de la serie, sobre cómo fue darle forma a este proyecto. “Aunque la violencia y la crudeza del trailer son atractivas para los fans, espero que en el camino conecten con la emoción y el corazón que subyace a todo. Por cada golpe que Maya tira, hay una razón emocional auténtica”, señaló.

¿Cómo podrías resumir el trasfondo de “Echo” para quienes no conocen al personaje?

Nuestra serie comienza con una narración de los orígenes y trasfondo de Maya Lopez, remontándonos incluso hasta el amanecer de los tiempos para contar la historia del pasado de Maya literalmente desde el amanecer del tiempo para el pueblo Choctaw. A partir de ahí, seguimos la vida de Maya como una joven en Oklahoma con su familia, donde la tragedia golpea con un accidente automovilístico fatal que se lleva la vida de su madre. Su abuela culpa a su padre por sus actividades delictivas que indirectamente llevaron a la muerte de la madre de Maya. A raíz de esto, el padre de Maya la lleva a Nueva York, alejándose de Oklahoma para no ser escuchados nunca más. Maya crece bajo la mirada del Kingpin, quien se convierte en su figura paterna y la sumerge en el mundo del crimen, enseñándole violencia en lugar de amor, y temor en lugar de confianza. Todo lo malo para enseñar a un niño.

¿Quiénes estuvieron involucrados en esta producción?

Reunimos a un gran equipo liderado por nuestra directora y productora ejecutiva Sydney Freeland. Trabajamos con destacados directores como Katrina McKenzie y un grupo de increíbles escritores, todos con diversas afiliaciones tribales, como Stephen Paul Judd, que formó parte de nuestro equipo de escritores y es Choctaw. Mantuvimos una asociación excepcional con la Nación Choctaw, contando con la colaboración de líderes como el Jefe Baton, el Dr. Ian Thompson, la Sra. Terry Billy y Seth Fairy Child, quienes estuvieron presentes en cada etapa del proceso, desde la escritura hasta la postproducción. Fue una alianza excepcional.