Las series de época tienen que tener una combinación de buena puesta en escena y mejor trama para que funcionen. Y, sin dudas, una de las pocas que lo logra es Bridgerton, la cual está disponible en Netflix y es un éxito total alrededor del mundo. Con dos temporadas de ocho episodios cada una, la ficción basada en los libros de Julia Quinn sigue captando fans. De hecho, llega a tal punto que con el estreno de su segunda edición ya se convirtió en la tira más reproducida en su primer fin de semana al aire.
Esto se debe a que la nueva tanda de episodios, la cual estuvo enfocada en la búsqueda del amor del vizconde, Anthony, fue igual de atrapante que la que protagonizaron Phoebe Dynevor y Regé-Jean Page en la primera parte de Bridgerton. Ahora, siguiendo el libro El vizconde que me amó, Netflix volvió a encantar con una historia del género romántico, pero dándole un giro totalmente inesperado.
Sin embargo, hay que destacar que a pesar de que Jonathan Bailey y Simone Ashley demostraron una química inigualable frente a las cámaras y dejaron a los fans encantados, hay algo que no les terminó de gustar. Pues, como bien es sabido, los seguidores de cualquier producción son muy veloces para encontrar los errores, especialmente cuando se trata de un producto de época. Y, por supuesto, Bridgerton no podía ser la excepción.
Recientemente se ha conocido que no sólo Netflix, sino también Julia Quinn se han equivocado en un dato histórico. En la segunda temporada, uno de los personajes más icónicos es Newton, el perro de Kate Sharma y el cual odia a Anthony. El animal es igual a los que la Reina de la serie tiene en su palacio, por lo que se lo asocia como un perro que es digno de ser miembro de una familia de clase alta.
De todas formas, lo cierto es que en la época de la Regencia de Londres, que es en el momento en el que está ambientada la serie, es imposible que haya existido un corgi que es la raza a la que pertenece Newton. Según explicó la experta en perros, Stephanie Howard Smith, en aquellos años “probablemente no encontraríamos uno como mascota en el West End de Londres”. El descubrimiento de la historiadora se dio ya que, al ver la importancia que tomó el animal en los nuevos episodios, llegó a pensar que “nunca había visto un corgi mencionado en ninguna fuente del siglo XVIII o principios del XIX”.
Por otro lado, Howard Smith aclaró: “La autora de los libros, Julia Quinn, reconoce que los corgis no fueron reconocidos oficialmente como raza hasta un siglo después“. Luego, añadió:”Bridgerton está ambientada en la década de 1810. No aparecen corgis en los anuncios de perros perdidos de los periódicos de Londres de esa época. No aparecen en los retratos de mascotas”. Y, para cerrar, aseguró que probablemente en aquella época no haya habido corgis como mascotas en Gales, pero que “eso no quiere decir que los antepasados de los corgis actuales no vivieran y pastorearan en Gales durante este período”.