Janis es una fotógrafa exitosa que acaba de quedar embarazada. Ana es una adolescente que también tendrá un hijo aunque a diferencia de Janis, ella está horrorizada por la situación. Ambas se conocen en un hospital el día que dan a luz. Por alguna extraña razón, congenian de inmediato y se pasan sus teléfonos. Pero lo que no se imaginan es que ese vínculo fortuito les traerá consecuencias irreparables en sus vidas.
Con una premisa así, tan brevísima, atrapante y desconcertante a la vez, Pedro Almodóvar logra prendar a cualquier espectador. De hecho lo hizo, solo que está vez hasta cautivó nada menos que a Netflix. El director acordó con la plataforma para que Madres Paralelas se estrene también aquí, casi al mismo tiempo de sumar al catálogo gran parte de su filmografía como Carne Trémula, Kika y otros varios clásicos más.
Pero de regreso a Madres Paralelas, con ella, Almodóvar se sumerge nuevamente en esa exquisita combinación entre el thriller y la crítica social, como él solo lo puede hacer. Este filme tiene una profundidad o más bien un trasfondo que, al principio, podría hasta confundir o no ser aparentemente importante para lo que se está contando. No obstante, los detalles de cada diálogo son esenciales para entender cómo se desencadenará esta película y así comprenderqué es lo que nos quiere decir el cineasta español con la historia de estas dos mujeres.
Claro que el timing que maneja la película es inquietante, muy parecido, en ese sentido, a La piel que habito. Nunca estás del todo segura de quiénes son los protagonistas, ni qué intenciones tienen o con qué van a atacar. Janis, la protagonista, pasa de la alegría, al horror y a la culpa en cuestión de segundos. Por eso, Madre Paralelas es un cóctel de sentimientos muy intensos que logramantener la atención del espectador en las dos horas que dura la cinta. Por supuesto, hay un secreto de por medio, algo que no se puede decir y que está vinculado a una temática social muy importante como la identidad, pero que se irá descubriendo poco a poco.
Pasando a otro plano del filme, la cinematografía, la dirección de arte y de fotografía tienen el auténtico sello de Almodóvar. Los colores, los planos están perfectamente edificados y hay una concordancia estética que nos hace recordar que es un fiel reflejo del arquetípico libriano (el director nació el 25 de septiembre y es del signo de Libra).
Madre Paralelas marca también y después de más de siete años el regreso de Penélope Cruz a El Deseo -la productora del cineasta- ya que su última película con él había sido Los Amantes Pasajeros en 2015. Como Janis, la intérprete está estupenda. Esta mujer independiente,talentosa que es madre por primera vez tiene algo más que no se ve en la superficie y que Penólope sabe manejar muy bien. Por eso, sus movimientos suelen, de hecho, ser vacilantes. No es menor mencionar que la artista acaba de recibir un Oscara la Mejor Actriz por este rol.
Pero no por eso hay que dejar de hablar de Milena Smit, una joven actriz de 25 años, que deja confirmada su capacidad interpretativa con este papel. Ana parece ingenua e indefensa, pero demuestra tener un mundo interno muy fuerte que también se irá desmenuzando a través de las secuencias fílmicas.
Asimismo, vale la pena destacar y aplaudir la banda sonora compuesta por Alberto Iglesias. Sus piezas nos transportan a un escenario confuso que nos alerta sobre la posibilidad de una amenaza o de que algo se avecina. Claro quetransmite incertidumbre y hasta pavor por lo que está ocurriendo en cada una de las escenas. Aunque, sí, todo ocurre en el plano psicológico.
Madres Paralelas no es un típico melodrama sobre la maternidadoun simple thriller, al contrario, es una historia que se preserva un giro totalmente inesperado. A pesar de que sea injusto que el propio Almodóvar no haya conseguido su merecida nominación al Oscar como Mejor Director, Madres Paralelas, sin duda alguna, ingresa en la lista de una de sus mejores joyas cinematográficas.
La película de Pedro Almodóvar se estrena este viernes 18 de febrero en Netflix.