Don’t Worry Darling es el gran estreno de la semana en Latinoamérica y estará disponible para los espectadores desde este jueves 22 de septiembre. Se trata de la segunda película de Olivia Wilde, quien había dejado excelentes sensaciones tras su ópera prima, Booksmart, y regresa unos años después con un thriller psicológico protagonizado por Florence Pugh, Harry Styles, Chris Pine y Gemma Chan, entre otros. Sabemos que es una cinta muy esperada, así que puedes continuar, ya que no habrá spoilers en esta reseña. ¿Qué nos pareció?
Su premisa se centra en Alice y Jack, una pareja que vive en una comunidad idealizada llamada Victoria, donde los hombres trabajan en un proyecto completamente secreto, mientras las esposa se dedican a disfrutar de la belleza, el lujo y el desenfreno del lugar, siendo prácticamente perfecto. Sin embargo, cuando aparecen grietas en esta idílica vida, Alice no evita cuestionarse cuál es el proyecto en el que están trabajando los maridos y la razón detrás del mismo, estando dispuesta a perderlo todo.
Como mencionamos en primera instancia, Olivia Wilde se presentó como directora en una cautivante comedia juvenil y se esperaba por su siguiente paso. Fue allí que Warner Bros. adquirió los derechos de esta historia en una subasta y la mujer de 38 años se mantuvo al mando del largometraje. La realidad es que detrás de cámaras hubo conflictos entre ella y Florence Pugh, además de su vínculo amoroso con el segundo protagonista, Harry Styles. Esto se expuso en el Festival de Venecia, donde el film fue duramente criticado y con suficiente razón.
Desde el principio, la película mantiene un planteo verdaderamente llamativo y prometedor, donde la vida puede no ser tan perfecta como se demuestra y el misterio logra ganarse la atención del espectador con una historia en la que se desconoce quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Con esta cuestión marcada dentro de la premisa, es donde comienza un nuevo viaje para Alice, quien funciona como el nexo para el público, ya que cada una de sus acciones son las que ayudarán a desatar la incertidumbre. Es a partir de allí que la cinta solo va en bajada.
De inmediato, uno puede relacionar lo que está viendo con otros títulos como Matrix, The Truman Show o Get Out, por lo que en este sentido no encontraremos absolutamente nada novedoso. No es más que una persona desconfiando y con sensaciones de pérdida dentro de un mundo en el cual no parece correcto. En ese momento es cuando hay una clara postura acerca del rol de la mujer en esta época y de una “mirada ideal” desde el ojo conservador, pero no logra tener fuerza ni impacto al ser tan subrayado y es una crítica que simplemente queda en el aire.
Por otra parte, una vez que el gran conflicto del film ya está a la vista de todos y el personaje central debe llevarlo adelante, parece haber una serie interminable de dudas por parte de la directora, quien no hace mas que estirarlo y solo hace que la cinta se sienta pesada y demasiado larga. Lo que comenzó con el planteamiento del misterio sobre intentar descubrir a los villanos y a las víctimas, se desinfla en un plot twist bastante liviano y predecible que se suma al desinterés provocado en los minutos previos.
Por supuesto, no todo ha sido terrible y el punto más elevado de la cinta es sin dudas Florence Pugh, demostrando una vez más que es de los talentos jóvenes más valiosos que tiene la industria de Hollywood en la actualidad, pese a que en este título deba cargar más peso del que debía. Además, debemos destacar el gran trabajo visual para ambientarnos en una época estadounidense de los años 50, deslumbrando con una gran fotografía de Matthew Libatique y el diseño de producción a cargo de Katie Bryon. En cuanto a Harry Styles, ha demostrado tener una gran capacidad, pero las decisiones de la directora lo han llevado a exigirlo por demás y solo resta.
Don’t Worry Darling se siente, principalmente, como una oportunidad perdida para los aficionados a los thrillers y a las películas de suspenso, ya que parte de una idea que no es novedosa, pero tenía su espacio para reinventar el género. Dicho esto, existen casos en los que las producciones pueden ser tumultosas para los miembros del film y suelen tener resultados satisfactorios, pero en esta ocasión, el confrontamiento que giró alrededor de Olivia Wilde, Florence Pugh, Harry Styles, Shia LaBeouf y Chris Pine fue meramente perjudicial.