La primera pregunta que uno puede formularse sobre el caso Narvarte tiene que ver con saber qué pasó. Por consiguiente, el cuestionamiento inmediato se orienta al hecho de conocer qué hubo detrás, por qué ocurrió. Sin embargo, conforme transcurren los primeros minutos de A plena luz, una duda tiene que ponerse obligatoriamente sobre la mesa: ¿Por qué se ocultó la verdad? Dicha interrogante se convierte en prioridad para el documental, familiares de las víctimas y para el propio espectador.

Fue el 31 de julio de 2015 cuando se informó que en un departamento de la calle Luz Saviñón, colonia Narvarte, fueron asesinadas cinco personas: Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Alejandra Negrete, Mile Martín y Rubén Espinosa. A partir de ese momento, la tragedia comenzó a nombrarse como “el multihomicidio de Narvarte” en el plano mediático. De igual forma fue el inicio de una cobertura muy amarillista por parte de la prensa. No de toda, pero sí de una mayoría, principalmente de los grandes medios de comunicación.

Dicho amarillismo tuvo su detonante en la construcción de líneas de investigación irreales, confusas y presurosas por parte de las autoridades para apaciguar el ánimo social ante la exigencia del esclarecimiento de los crímenes. Se manejó la indolente información de que los homicidios se derivaron por vínculos con el crimen organizado y se estigmatizó a las víctimas con el eterno recurso policiaco de culpar a quienes ya no pueden defenderse, es decir, adjudicarles nexos con drogas, alcohol y sexo.

En el documental, Indira Alfaro, madre de Yesenia Quiroz, agradece que el fotoperiodista Rubén Espinosa haya estado en el departamento porque es una pieza clave para entender que las autoridades mintieron desde un principio y porque es el eje para desmenuzar aquello que han hecho mal los encargados de procurar e impartir justicia. ¡Y que no es poca cosa! Destruyeron evidencia, ignoraron pistas, fabricaron narrativas, cometieron negligencia en la investigación e intentaron dar por cerrado el caso sin siquiera haber investigado a fondo lo sucedido. Peor todavía, ocultaron la verdad.

Esa verdad oculta es el punto de partida para que Alberto Arnaut y un extraordinario equipo de investigación pusieran manos a la obra para hacer lo que se supone debieron haber hecho las autoridades capitalinas encabezadas por Miguel Ángel Mancera en su calidad de Jefe de Gobierno de CDMX y Rodolfo Ríos como procurador. ¿Qué? Indagar qué motivó los homicidios.

“Este documental no debería existir. Si lo hicimos es porque las autoridades, quienes son las obligadas para esclarecer los hechos, no hicieron nada. No solamente no hicieron nada, sino que además trataron mal a las víctimas y a sus familias ocultando información valiosa e ignorando elementos fundamentales para crear líneas de investigación serias, profundas y comprometidas”, comentó el director Alberto Arnaut en entrevista con Spoiler.

De la mano de abogados especialistas, defensores de derechos humanos, peritos y forenses, Arnaut y su equipo ahondan en el enorme vacío de procuración de justicia para dotar de dignidad a las víctimas, confrontar la versión oficial de las autoridades a partir de indagatorias responsables, evidenciar la incapacidad y dolo de funcionarios públicos en el caso, así como ponerle rostro y nombre a involucrados directos en el macabro entramado, tales como Javier Duarte de Ochoa, exgobernador de Veracruz, y Arturo Bermúdez Zurita, exsecretario de Seguridad Pública durante la gestión de Duarte.

A diferencia de otros documentales que abordan casos criminales, A plena luz procura respeto a Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Alejandra Negrete, Mile Martín y Rubén Espinosa al no mostrar imágenes de sus cadáveres, ni postales reales cargadas de violencia sobre los homicidios. Sostenido en una propuesta de performance, la recreación de hechos se inclina por dar al público una interpretación pericial de lo que aconteció en el departamento de la Narvarte.

“Las autoridades pensaron que al tener tres detenidos esto se había acabado. No nos convencieron y estamos demostrando que nos mintieron siempre y le mintieron a la sociedad. Y la sociedad pensó que ellos cinco eran desechables, y no son desechables. Tenían una vida y no hacían ningún daño a nadie”, dijo Indira Alfaro durante la proyección del documental en la Cineteca Nacional.

A plena luz, tal como han manifestado familiares de las víctimas, es una invitación a la indignación y a no olvidar. Asimismo es un recordatorio de empatía desde detalles como dejar de llamarle “la empleada doméstica” a Alejandra Negrete hasta reflexionar sobre lo expuestos e ignorados que estamos como sociedad para las autoridades. Se trata de un trabajo que, en efecto, despierta indignación.