Hace tan solo unas horas llegó a Netflix el documental Pamela, una historia de amor. En este film la actriz e ícono sexual de la industria cinematográfica, Pamela Anderson, muestra y cuenta toda su historia. Con una emoción profunda y una naturalidad al extremo, la ex Guardianes de la Bahía se atreve a dejar en evidencia su vida, sus costumbres, pero sobre todo, una historia a la que muchos le faltaron el respeto.
Cuando conocí la noticia de que Pamela Anderson estrenaría un documental sobre ella, entendí que solo sería una respuesta a la serie Pam&Tommy. Sin embargo, es mucho más que eso y es así cómo logra hacer la diferencia. Con Pamela, una historia de amor, hay un relato estremecedor del derecho a la privacidad y a la no especulación.
En Pamela, una historia de amor, Pamela Anderson decide mostrarse tal y cómo es. No sólo a través de su historia y lo que ella relata, sino también por medio de detalles como, por ejemplo, no maquillarse. Durante todo el documental se la ve sin una gota de color en su cara y eso es único.
Lejos del glamour se muestra con las imperfecciones propias de una mujer de 55 años, se ríe de sí misma, pero al mismo tiempo genera una gran empatía a la hora de escucharla. Con este nuevo look que decidió tomar hace gala de su honestidad brutal para repasar su vida, la cual estuvo plagada de una exposición permanente y escándalos de todo tipo.
A pesar de que hay detalles de su vida que ya eran mundialmente conocidos, en este documental ella va más allá. Llena de profundidad y emoción habla de su infancia, los abusos que sufrió y cómo le afectó su romance con Tommy Lee, a quién declaró que aún sigue amando.
Junto a sus hijos, sus padres y sus colegas, Pamela Anderson muestra otra versión de sí misma. “¿Cómo un ícono sexual pasa a estar en desgracia?”, plantea con este documental y ella es quién hace un duro análisis del acoso de los periodistas en su peor momento. Algo que, sin dudas, la terminó de hundir debido a las especulaciones en torno a lo que fue, por ejemplo, su vídeo sexual filtrado y el primero en la historia.
Asimismo, en este sentido autorretrato, Anderson incluye momentos en los que lee sus diarios más íntimos dando así un aire menos privado, pero sentimental a la producción. Y, si bien el eje está puesto en este vídeo del que tanto se habló durante años, lo cierto es que no es el único protagonista. En esta ocasión, Pam decidió mostrar un aspecto de su vida desconocido.
Pues, ella misma hace un camino desde el inicio de su vida, pasando por sus más grandes temores y reflexionando sobre las consecuencias de los hechos que sufrió de niña y cómo la marcaron. Se trata de un reflejo del derecho a la privacidad, al respecto y, por sobre todo, a ser una romántica empedernida como ella lo es.
Pamela, una historia de amor es, claramente eso, una historia de amor hacia una vida llena de adversidades y con fantasmas del pasado que recién hoy los puede luchar. “No dejes que te afecte tanto como en ese entonces”, fueron las palabras de Tommy Lee cuando se estrenó la serie sobre su vídeo sexual y así es cómo ella logró salir adelante.
Además, también está el hecho de que esto fue lo que la ayudó a priorizarse y aceptar, por ejemplo, protagonizar el musical de Chicago en Broadway más allá de su edad. Verdaderamente Pamela, una historia de amor, a pesar de lo técnico, es un proyecto digno de ver. Un claro ejemplo de aprender a sobrellevar traumas, daños y perjuicios tal y cómo ella los ha vivido.
Un documental austero, elemental y hasta cristalino, verdadero y empático. Emocionante por dónde se lo mire, estremecedor en otros ciertos puntos de vista, pero aún más fascinante. Conocer a un ícono de Hollywood tan al desnudo como lo hizo Pamela Anderson en este documental deja dos aprendizajes: no especular como prensa ni tampoco ser prejuiciosa. Nadie, nunca se lo merece, y menos en momentos tan críticos de la vida.