Después de haber iniciado su carrera como director de cine con su ópera prima, Feral (2018), el realizador Andrés Kaiser estrena su segundo largometraje en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) en este 2022. Se trata de Teorema de tiempo, una película en que repite el estilo de found footage con la salvedad de que el material encontrado usado en la pantalla es verídico.
Kaiser (re)descubrió y (re)construyó una vida familiar almacenada en fotografías y películas que el tiempo tuvo a bien en procurar en buen estado. Esa vida es la de su abuelo Arnoldo, incluso la suya. Tal parece que el destino, o el inexplicable fenómeno de ser un conducto elegido para que nuestros difuntos cuenten sus historias, quiso que Andrés se encargara de unir las piezas visuales y emocionales que cayeron en sus manos.
Con la claridad de que el montaje era la vía necesaria e ideal para narrar, Kaiser se concentró en la edición, no sin antes una exhaustiva revisión de las pequeñas historias que por sí solas fueron contándole cómo unirlas. De igual manera implicó intensa labor con el plano afectivo por la inminente sorpresa que conlleva conocer a quien creías conocer, o de quien conocías poco.
Justo para desmenuzar lo que muestra Teorema de tiempo conversamos en Spoiler con Andrés Kaiser. Asimismo nos comparte cuáles son los proyectos que vienen en camino y su regreso al horror.
Entrevista con Andrés Kaiser
Vienes con Teorema de tiempo, tu segunda película. ¿Va en el mismo tono de lo que vimos en Feral o elegiste un camino completamente diferente?
Pareciera que Feral y Teorema de tiempo son dos películas distintas que no tienen nada que ver entre sí. Pero es curioso que al final del día de estar editando la segunda, me di cuenta de la influencia que tuvo por parte de la primera.
También noté cómo influyeron algunos directores en ambas. La referencia clara en Feral es Felipe Cazals con Canoa, sin embargo, en las dos películas imprimo la influencia de mis abuelos, Anita Schlittler y Arnoldo Kaiser. Uno de mis tíos rescató el material que ellos filmaron durante casi 40 años en San Luis Potosí.
Ese material se mantuvo bien conservado y cayó en mis manos. Había miles de fotografías en todos los formatos que nos podamos imaginar y cientos de rollos de películas en 16 mm y 8 mm, sonoras y mudas. De entrada tuve que preguntarme qué iba a hacer con todo eso, era un mundo de historias.
Una de las razones principales de que Feral fuera un found footage es porque yo tenía un found footage real. A diferencia del metraje encontrado en la película, el que tenía en mi propiedad era muchísimo más complicado. Era un material que perteneció a mi familia, demasiado vasto. ¡No tenía idea de cómo armarlo!
Era una especie de rompecabezas. Todas esas piezas eran toda una vida, eran restos del tiempo. Si lo escribes es más fácil ordenarlo, pero aquí no había esa posibilidad. Había que ver todo lo que estaba en esas imágenes. Por cierto, mi abuelo Arnoldo se filmaba a sí mismo poniendo la cámara en un tripié para correr frente a ella y hacer la acción. Si tú prestas atención, eso que hacía mi abuelo es la misma escena que vemos varias veces en Feral con el personaje de Juan Felipe.
Me gusta decir que una de mis principales influencias para hacer Feral fue Arnoldo Kaiser, un director desconocido que filmaba películas de modo casero en los años cincuenta.
¿Cómo moldear una película elaborada con material encontrado real y muy personal?
Terminada Feral me di a la tarea de empezar a hacer los primeros cortes de Teorema de tiempo, una película a la que no le encontraba forma, no me cuajaba. Es cuando entra Lorenzo Mora, editor de Feral, para ayudarme a darle coherencia a toda la pedacería que tenía. Su labor es muy importante porque toda la película es montaje, es prácticamente puro montaje.
El factor rodaje de mi parte es nulo, no existe. En todo caso, el rodaje se hizo desde hace muchos años. Es un material que ya no se puede cambiar. De hecho, ya no se puede hablar con los creadores de ese material, no se puede consultar. Teorema de tiempo, en resumidas cuentas, son imágenes de archivo para interpretarlas en el presente. Es una película de ejercicio puro de montaje.
Todas esas fotos y videos cuentan historias. ¿Qué historias encontraste o quisiste contar?
Nos clavamos un año editándola. Estoy contento con el resultado. Se trata de una película que habla de muchas cosas. Es una historia de migrantes, del paso del tiempo, sobre el cine que nos pertenece a todos. Es una historia sobre los impedimentos familiares y las heridas familiares. Espero que mucha gente se vea identificada porque todos tenemos familias y todos tenemos heridas. El corazón del cual late Teorema de tiempo es la ambivalencia de lo que implica una familia: es una bendición y una espada de doble filo.
¿Cómo quedaste en el plano emocional después de hacer una película así?
La primera sensación clara es de tranquilidad. Mi abuelo es un personaje que me atrapó desde muy niño gracias a una fotografía que había en casa de mi mamá. En esa imagen aparece mi abuelo vestido de smoking junto a otros hombres vestidos igual y acompañados de instrumentos musicales con un enorme letrero que decía “Kaiser y su famosa orquesta”.
Feliz por ver esa foto, fui a buscar a mi mamá para expresarle la alegría por saber que mi abuelo era música. Entonces mi madre me comentó que no era así. Me contó que esos hombres eran trabajadores de una imprenta a quienes mi abuelo convenció para que fueran sus cómplices y se tomaran esa foto. Ninguno de ellos sabía tocar un instrumento.
Desde ese momento tuve una fascinación enorme por él, sobre todo porque no lo conocí. Esa fascinación se convirtió en una obsesión alrededor de los años. Si a eso añadimos el peso de sus películas, la obsesión creció.
Sentí un alivio muy grande porque por fin pude quitarme todo ese peso de mi abuela que traía encima. Para mí fue dimensionar a un Arnoldo misterioso que se tomaba fotografías con sus empleados y hacía puestas en escena de lo que fuera. Fue interesante el trayecto de quitarle las capas de admiración para ir descubriendo también al ser humano que fue. Claro, en la medida posible de lo que pude conocerlo mediante el material visual y lo que me contó la gente que entrevisté, como mis familiares y sus amigos. Estamos en paz.
¿Qué viene después de Teorema de tiempo?
Estoy trabajando en dos proyectos que vienen en puerta. Uno de ellos está en proceso de montaje. Se trata de un documental sobre el monasterio de Santa María de la Resurrección, tema que abordé en Feral pero con la diferencia de que aquí sí me adentro en el suceso de las prácticas psicoanalíticas que empleó Lemercier con religiosos y el conflicto originado por la indignación del Vaticano.
También trabajo en una película de horror. Es una ficción ambientada en el siglo XVIII cuya trama gira alrededor de asesinatos misteriosos en un convento mexicano. Se llamará Preciosísima sangre y será horror de época.