Dwayne Johnson tiene una interesante historia de vida que en un capítulo lo encontró con siete dólares en el bolsillo y ningún futuro por delante. Entonces, como el Ave Fénix, resurgió de las cenizas para darle vida a su personaje The Rock en la World Wrestling Entertainment, un trabajo que le sirvió como el paso previo al gran salto de su carrera: el mundo de Hollywood. Entonces, se convirtió en uno de los actores más convocantes de la industria.
Según la publicación Forbes, el intérprete fue el actor mejor pago durante dos años seguidos, con un estimado de 87,5 millones de dólares. ¡Impresionante! Sin embargo, su legado poco tiene que ver con las estrellas de Hollywood. Su padre era un conocido luchador: Soul Man. Desde 1991, cuando se retiró, entrenó a su hijo para que forme parte de la WWE.
¡Una vida de película!
Luchador de la WWE. Mega estrella de cine. Una vida de película y una carrera profesional envidiable. Pero pocos saben que Dwayne Johnson en realidad tenía otro sueño respecto de su futuro. ¿Qué quería ser el reconocido intérprete? Su meta de juventud era formar parte de la CIA. “Mi profesor y asesor de justicia penal, el Dr. Paul Cromwell, me convenció de que el mejor operativo para llegar a la agencia era uno con un título en Derecho”, contó. Pero no lo consiguió por “sus buenas calificaciones”.
Las vueltas de la vida encontraron a Johnson con otro objetivo: llegar a la NFL como jugador de fútbol americano profesional. Estaba becado en la Universidad de Miami por ser un deportista calificado, sin embargo, ese destino se frustró porque sufrió constantes lesiones y además fue despedido del club canadiense Calgary Stampeders. Sí culminó sus estudios generales en Criminología y Fisiología de la institución antes mencionada.
Sus amigos ya estaban triunfando en la vida cuando él tenía solo siete dólares en el bolsillo. Si bien no logró concretar su aspiración de llegar a la CIA, el mundo de la lucha libre le otorgó una popularidad que él supo explotar con inteligencia hasta llegar a Hollywood y pasar de ser "sapo de otro pozo" a uno de los actores más convocantes y con mejor sueldo de la industria. ¡Aplausos!