Él, representante actual de James Bond. Ella, ganadora del Óscar y con una filmografía cargada de éxitos. Juntos forman una de las parejas más queridas y misteriosas de Hollywood. Hablamos de Daniel Craig y Rachel Weisz, la dupla que se conoció hace más de dos décadas y que supo mantener una amistad incondicional que luego se transformó en un firme matrimonio. Pero… ¿cómo comenzó su historia de amor? ¡Aquí te lo contamos!
La primera vez que se vieron fue para 1994, justo cuando ambos fueron convocados para llevar adelante una historia en su país natal, más precisamente en Londres. Titulada como Les Grandes Horizontales y con funciones en el National Theater Studio, la obra estaba cargada de una serie de escenas de sexo y desnudos que podrían haberlos incomodado por completo. Pero seguros de su vocación, disfrutaron al máximo su paso por el teatro y formaron una increíble amistad que se extendería por unos cuantos años.
Poco más tarde, Rachel Weisz conoció al que sería el padre de su hijo: se trata de Darren Aronofsky, cineasta responsable de Cisne Negro. Fue desde 2001 hasta 2010 que formaron un romance único que tuvo como fruto a su hijo Henry en 2006. Mientras tanto, por la vida de Daniel Craig pasaron mujeres que marcaron su vida: Fiona Loudon, intérprete escocesa con la que estuvo casado entre 1992 y 1994 y tuvo a su hija Ella; Heike Makatsch, actriz alemana con quien compartió desde 1997 a 2004; y Satuski Mitchell, la productora con la que estuvo en pareja desde 2005 a 2010.
Relaciones extensas que tuvieron su fin coincidieron en la vida de ambos para 2010, año en el que volverían a encontrarse con motivo del rodaje de Detrás de las paredes. A partir de esta película, en la que se pusieron en la piel de un matrimonio, el amor no tuvo vuelta atrás. Pasaron tan solo unos meses cuando decidieron sellar su romance con una boda secreta en Nueva York en la que solo participaron Ella, Henry y dos amigos. ¡Nadie supo de su casamiento!
El actor, que suele mostrarse públicamente en entrevistas gracias a su trabajo en la franquicia de James Bond, siempre tiene una condición clara: no responderá preguntas que tengan que ver con su matrimonio o sus hijos. Es que mantiene tan reservada su vida íntima que en 2018 la pareja tuvo una niña y tampoco quisieron revelar el nombre. Al parecer, la clave de este romance que lleva 12 años es mantenerlo en extremo hermetismo y, así, disfrutar de su vida en familia.