Gwyneth Paltrow tiene una reconocida carrera en Hollywood a sus 48 años y entre sus hitos más importantes sin dudas se encuentra su papel de Viola de Lesseps en la película Shakespeare in Love de 1998. La actriz brilló en la cinta y ganó un Óscar, un Golden Globes y dos Premios del Sindicato de Actores con sólo 27 años. Sin embargo, tanto reconocimiento le jugó una mala pasada y en una entrevista reveló que conseguir el galardón de la Academia le trajo serios trastornos porque sufrió el síndrome del impostor. ¿Qué le pasó?

“Recuerdo haber ganado y sentir que la situación cambió y hubo esta sensación de tener tanta atención en mí y tanta energía que fue realmente abrumador”, explicó la intérprete en declaraciones al podcast de Anna Faris is Unqualified. Lo que sentía Paltrow era vergüenza incluso por haber estado nominada al Óscar. 

Premios Oscar: el día que Gwyneth Paltrow sufrió el síndrome del impostor cuando ganó el premio

“Fue un momento extraño y surrealista. Tenía el síndrome del impostor. Pensaba 'ni siquiera puedo creer que esto esté sucediendo ¿Todos me odian?’, me preguntaba. Mi sensación era contradictoria: por un lado pensaba que no iba a ganar y a la vez sentía que todo era genial”, agregó y le puso nombre al fenómeno psicológico que sufrió. 

Gwyneth Paltrow en 2020 (Getty)

Gwyneth Paltrow en 2020 (Getty)

El síndrome del impostor afecta a personas de todo tipo y los hace tener "la sensación de no estar nunca a la altura, de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces, de ser impostores, un fraude", según explicó para la BBC la psicológa especialista en el tema, Aida Baida Gil. 

La experta indicó que quien atraviesa por este trastorno asume "que el éxito es cuestión de suerte y nunca lo achaca a tu inteligencia sino a factores externos o al hecho de que haya tenido que trabajar muy duro para lograrlo". Esta relacionado a ambientes donde existe mucha presión, como lo es el cine. 

Paltrow, que luego siguió su carrera para brillar en grandes producciones como las de Marvel, recordó que tenía tanta vergüenza que no quería salir de su casa. “Recuerdo que simplemente me escondí durante tres semanas después en lo de mis padres. Fue tan intenso. Todo el mundo esperaba que yo disfrutara del éxito pero en realidad me sentía muy sola", rememoró con angustia.