¡El Oscar se va para Dinamarca! Otra Ronda se llevó el premio como Mejor Película Extranjera en el comienzo de la ceremonia 93 de los galardones del cine. El director Thomas Vinterberg recibió la estatuilla y se emocionó al recordar la trágica historia detrás de la producción de la cinta. Conoce lo que pasó. 

"Cuatro profesores se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener la tasa de alcohol en su cuerpo al mismo nivel durante su vida diaria, intentando demostrar que de esa manera pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. Pero las consecuencias del experimento les cambiarán para siempre", es la sinópsis oficial de la gran ganadora que recibió numerosos elogios de la crítica desde su estreno en 2020. 

El film se basó en una obra de teatro que Vinterberg había escrito mientras trabajaba en Austria. Una de sus mayores inspiraciones fue su hija Ida, quien quería que la cinta fuera una celebración de la vida basada en la tesis de que la historia mundial habría sido diferente sin el alcohol. Sin embargo, la tragedia se hizo presente inesperadamente en la película. 

Mientras los rodajes se desarrollaban en mayo de 2019, el director recibió la peor noticia que pudo haber recibido: su hija de 19 años había fallecido en un accidente de tránsito. Todo sucedió en París, cuando la ex esposa del cineasta se distrajo con su teléfono mientras manejaba. La madre sobrevivió, pero la joven murió al instante.

"No tenía sentido continuar, pero no tenía sentido no continuar. Ella hubiese odiado eso. Así que decidimos hacer la película para ella. Esa era la única forma en la que podíamos hacerla", sostuvo Vinterberg en una entrevista con IndieWire. El destino quiso que la cinta llegue tan lejos como para ganar el Oscar y el director pudo homenajear a la chica fallecida. 

Al recibir el premio, mostró su emoción. "La muerte de mi hija me confirmó que debía rodar una celebración de la vida. Hablo de elegir tu vida, tomar tus decisiones”, fueron las palabras que dijo mientras intentaba no quebrar en llanto. Sin dudas, uno de los momentos más emocionantes de los Oscar 2021.