"La Suiza de Oriente Próximo": así se llamaba al Líbano hasta 1975 por ser el centro financiero de su región. Sin embargo, la Guerra Civil Libanesa que se desató hasta 1990 rompió con la estabilidad del país hasta la actualidad. Beirut, una película de 2018 que está en Netflix, explica estos conflictos ambientada en la década de los ochenta.
La trama se centra en Mason Skiles, un ex diplomático de los Estados Unidos que regresa al servicio y viaja a la caliptal libanesa para negociar el intercambio de prisioneros por un ex expía secuestrado en una ciudad que está devastada por el enfrentamiento bélico.
El film, que dura casi dos horas, está protagonizado por Jon Hamm (Skiles), Rosamund Pike (Sandy Crowder), Dean Norris (Donald Gaines), Shea Whigham (Gary Ruzak), Larry Pine (Frank Whalen) y Mark Pellegrino (Cal Riley). Con la dirección de Brad Anderson, la producción recaudó cerca de siete millones y medio de dólares.
La Guerra que muestra la película arrojó 120 mil muertos y alrededor de un millón de exiliados. La tensión entre las fuerzas maronitas y palestinas se mantuvo hasta los Acuerdos de Taif de 1989. Dos años más tarde, el parlamento aprobó una ley de amnistía que indultó todos los delitos políticos antes de su promulgación y las milicias se disolvieron, con la excepción de Hezbollah.
Beirut se reconstruyó y vivió una etapa de estabilidad hasta 2006, cuando se desató la Guerra del Líbano entre el ejército de Israel y Hezbollah. El enfrentamiento duró un mes, pero dejó secuelas y conflictos internos que se mantienen hoy en día.
En 2020, El Libano atraviesa por uno de sus peores momentos: hundido por una profunda crisis económica y en medio del juicio por el asesinato en 2005 del ex Primer Ministro, Rafik Hariri, que reabrió las heridas del pasado. Este martes, la ciudad sufrió un confuso episodio por una fuerte explosión que dejó al menos 50 fallecidos.
