Desde las 11 de la mañana llegó gente de distintas edades a Cinépolis Perisur para formarse en las filas de sus dos dulcerías y así tener tiempo de sobra para armarse de combos e ingresar con tranquilidad a las primeras funciones del día, programadas a las 12:00 y 12:30 horas respectivamente. Nadie quería hacerlo con la hora encima.

Con playeras y gorras alusivas al hombre murciélago, unos cuantos fans aprovecharon los minutos previos para tomarse selfies o grabar videos junto a los pósters y publicidad oficial de The Batman. Otros tantos caminaron de un lado a otro ansiosos por entrar a la sala para ver la película. “Llevamos meses esperándola. Tenemos la misma emoción que cuando fuimos al cine a ver la de Tim Burton”, comentó a Spoiler una pareja quincuagenaria que es leal al álter ego de Bruce Wayne desde 1989.

Tampoco faltó el desesperado que arribó al lugar sin boleto e intentó conseguir uno en balde. Todas las entradas estaban agotadas. Aunque llegó a ofrecer el doble de lo que costó ese ticket en preventa, ningún alma aceptó su oferta. Estaba claro que todos los ahí reunidos apartaron la fecha con anticipación para disfrutar del estreno sin inconvenientes. Hubo quienes incluso se resguardaron dos semanas en casa para evitar contagiarse de Covid-19; Batman como promotor involuntario de procurar la salud.

Toda vez que dieron las 12:00, el primer pelotón entró a su sala en orden y en silencio. Era el momento de callar para dar rienda suelta al nerviosismo que implica la expectativa. Situación similar ocurrió con el pelotón de las 12:30, un grupo conformado por extraños que se sentían cercanos por su devoción al héroe de Ciudad Gótica. Se miraban entre sí con camaradería, como si fueran hinchas del mismo club.

Instalados en sus asientos, las dudas asaltaron sus pensamientos, mismos que se manifestaron entre cuchicheos mientras eran exhibidos los trailers de próximos estrenos. “Ojalá no vaya a ser una decepción”, pronunció un chico a su acompañante. “No sé, me da mala espina que sea el güey de Crepúsculo”, expresó otro hombre a su pareja con relación a Robert Pattinson.

Cuando inició la película, cero ruido. Las primeras escenas demandaron completa atención sensorial y obligaron a la represión de cualquier sonido. Hasta se aguantaron las ganas de comer palomitas aquellos que se abastecieron con recipientes grandes. Entre el tono de la historia mostrada en la pantalla y la vergüenza de masticar para no arruinarle la experiencia a los de junto, varios glotones se olvidaron de degustar sus productos.

Tuvieron que transcurrir 20 minutos para que esa tensión desapareciera y pudieran clavar el diente sin remordimiento. Pese a ello, el silencio abundó. Como pocas veces suele ocurrir en una sala de cine en esta época, nadie se distrajo con el celular o susurrando sus impresiones de lo que veían. El hambre, conforme transcurrió la trama, desapareció.

Fue hasta las secuencias finales cuando a una mujer se le escapó un fuerte y resonado “no mames”. Su reacción no causó risa y tampoco motivó a un “shhhhh” para que callara. Se trató de un “no mames” angustiante, una sensación colectiva que ella se tomó el atrevimiento de exclamar ante las acciones de The Riddler.

Al finalizar The Batman, la mayoría del público salió inmediatamente de la sala. No hubo ese fenómeno de esperar escena post-créditos. Por un lado, se cansaron de estar tres horas sentados. Por el otro, hubo espectadores tensos por haber visto una propuesta cinematográfica que jamás imaginaron ver con su superhéroe favorito. Personas que iban acompañadas se marcharon conversando la película, tratando de procesarla.

Uno de los temas que predominó en esas breves charlas de pasillo para salir del complejo (con la imprudencia de algunos al revelar spoilers a quienes estaban por acceder a las funciones siguientes) fue la actuación y potencia de Robert Pattinson como el hombre murciélago. “Es el mejor Batman de todos”, coincidieron en referir fans que quedaron fascinados con su interpretación.

A pregunta de Spoiler acerca de si no consideraban apresurada tal afirmación, la pareja quincuagenaria que es fiel a Bruce Wayne desde que apareció con Tim Burton fue contundente: “Vimos al mejor con Michael Keaton y creímos que nunca iba a ser superado. Entonces vino Christian Bale y lo rebasó. No creímos que Pattinson iba a poder con el paquete y superó a Keaton y a Bale. Es el mejor”.

¿Se dejaron llevar por el furor del momento? ¿Acaso su opinión es consecuencia de la emoción por la novedad? Puede ser. Lo cierto es que varios fans partieron satisfechos por el Batman de Matt Reeves y convencidos de que Pattinson es el mejor justiciero de Ciudad Gótica que ha habido en la pantalla grande. Probablemente mañana se arrepientan, o lo reafirmen luego de ver por segunda ocasión el filme. Por ahora, y seguros están de eso, Keaton y Bale son nostalgia.