Chicas perdidas, ¿está basada en una historia real? Te revelamos la verdad

Chicas perdidas, una película presente en Netflix ha causado curiosidad a quienes la han visto ya que afirma estar basada en una historia real, por lo que en este artículo te diremos si esto es cierto y qué tan fiel es la trama a los sucesos reales.

Para quien no la haya visto, esta película nos cuenta la historia de Mari Gilbert, una mujer que, cuando su hija desaparece, la inacción policial la lleva a que sea ella quien comience una investigación particular en la isla de Long Island en la que Shannan fue vista por última vez. Su búsqueda saca a la luz más de una docena de trabajadoras sexuales que han sido asesinadas. 

Tristemente podemos confirmarte que la película sí está basada en hechos reales y que por desgracia, el desenlace para Mari fue tan triste como se nos narra en los últimos minutos de la cinta.

Esta es la historia real de Chicas perdidas

Lo que vemos en la película es muy cercano a lo que ocurre en la vida real, ya que luego de la desaparición de su hija Shannan, la madre de esta decide investigar por su cuenta y en efecto, comprueba que hay un asesino serial matando a trabajadoras sexuales por todo Long Island, lo que obliga a las autoridades a reabrir el caso.

Al igual que en la cinta, la policía halla el cuerpo de Shannan y aunque esta institución afirma que la muerte de la joven se debió a un ahogamiento accidental, Mari comprueba a través de una autopsia independiente que su hija murió estrangulada.

Y como vemos en la película, solo de esta forma la policía de Long Island se dio cuenta que tenían entre manos a un asesino serial que estaba asesinando a trabajadoras sexuales. Pero al final, la historia de Mari tuvo un trágico desenlace.

El desenlace de Mari es tan trágico como en la película

Justo cuando la película termina, se nos explica a través de un texto que hasta el momento no ha habido ningún arresto o se ha investigado a algún sospechoso sobre el asesinato de Shannan.

Pero lo más trágico es que, Sarra, una de las hijas de Mari quien padece esquizofrenia, olvidó tomar sus medicamentos y en un ataque, apuñaló a su madre causándole la muerte.

Y al contrario de lo que sucedió con el asesino de su hermana, Sarra sí recibió todo el peso de la ley ya que se le acusó de asesinato en segundo grado y posesión de un arma en cuarto grado, por lo que fue declarada culpable de asesinato y fue condenada en 2017 a 25 años de prisión.

De esta forma concluyó la historia de esta madre de familia que lo único que buscaba era justicia para su hija asesinada, pero que no recibió más que indiferencia de parte de la policía a la cual enfrentó con todo el valor de una madre afligida.