Después del final de Los Soprano emitido en 2007, con los cuestionamientos en torno al fundido a negro que dejó dudas en torno al destino de Tony Soprano (James Gandolfini), muchos estuvieron expectantes de ver el renacer de este universo. En una época en la que todo se vuelve remake, la serie de HBO tardó en confirmar su largometraje, que se presentó como precuela de la mano de Warner Bros. Pictures.
David Chase, creador de la serie, estuvo a cargo de escribir el libreto de una película que dirigió Alan Taylor. La historia se ambienta en la década del 60 y el 70, durante una época de revueltas por la opresión racial de la policía de Newark, Nueva Jersey. En ese contexto, Dickie Moltisanti (Alessandro Nivola) se erigió como el capo del crimen organizado y, de a poco, se convirtió en el mentor de Tony.
Uno de los responsables de trabajar en la película que Latinoamérica llegó a través de Warner Bros. Pictures fue Bob Shaw. El diseñador de producción se desempeñó en la serie de David Chase con este rol y hasta tuvo su pequeño cameo (su único crédito como actor) en la quinta temporada de Los Soprano. En diálogo con Spoiler, se refirió a cómo fue trabajar en esta película tan esperada por los fans, que definió como “viajar en el tiempo”.
¿Qué puedes decir de reconstruir este mundo después de 15 años?
Bueno, no fue reconstruir el mundo, lo que fue un alivio. Solo había algunas cosas que eran conocidas de la serie de Los Sopranos. El fondo de la carnicería, que construimos para que se parezca a lo que había en la serie, y luego eliminamos el desorden extra para que parezca un poco más nueva, pero fue una réplica. También repetimos Holsten’s, pero no había cambiado mucho. Los dueños de la tienda nos mostraron fotos que parecían de la época de la serie. Había carteles y colores distintos, ese tipo de cosas. Así que lo hicimos parecerse, pero el interior no necesitaba demasiado cambio a excepción de algunas estanterías. Pero mayormente, no era recrear Los Soprano sino lo que escuchamos (sobre esa época). En la serie hubo pequeños fragmentos en los que se referían a Dickie Moltisanti, a cómo le dispararon, a Chickie Sasso y todo eso. Diría que fue un poco como viajar en el tiempo. Era interesante ver cómo eran los personajes que existían cuando eran jóvenes. En especial Livia. Creo que Vera Farmiga hizo un trabajo fabuloso para darle vida a una versión muy creíble de Livia y Corey Stoll hizo una gran versión de Junior. Creo que los actores no los reprodujeron de forma exacta pero tomaron algunos manierismos.
¿Cuál fue el eje a la hora de construir los sets?
Me crié en Newark y recuerdo los motines o las demostraciones, como quieras llamarlos, en las noticias. Fue lo que llamaron como “Huida blanca”, cuando muchos blancos se fueron del vecindario hacia los suburbios. Eso nos llevó a lo que vemos en la serie: “¿Cómo es la mafia ahora?”, porque tenemos El Padrino, los vecindarios italianos como Little Italy, la vieja escuela. Siempre era extraño con Tony Soprano y su familia, que estuvieran ubicados en el medio de los suburbios. Era importante marcar que se habían ido de la ciudad y se habían mudado a los suburbios. No rodamos el viejo vecindario de la familia en Newark porque había cambiado demasiado.
De lo que hablamos al principio fue de los motines y de las áreas sensiblemente raciales del guion. Había una línea entre mostrar los personajes de forma precisa, la forma en la que Johnny Boy, Junior, Pauliey toda esa gente serían muy racistas. Cómo mostrarlos de forma precisa. Fue muy interesante que muchas cosas cambiaron, que el movimiento Black Lives Matter creció después de que terminamos de rodar la película. Que tardó mucho en salir por el coronavirus. Ver todo junto fue como, “wow, no cambió nada”.
¿Cómo fue recrear los motines?
Era un poco tétrico rodar de noche con el fuego y el caos. Se sentía muy real cuando estabas ahí. Era tétrico. Rodamos en dos cuadras y media de Newark, pero eran calles más pequeñas. Creo que los motines reales se hicieron en calles más grandes. Había muchas cosas que controlar. Lamentablemente, Newark es una ciudad que nunca se recuperó de eso.
Michael Gandolfinif hizo un Tony Soprano asombroso. Leí en algún lado que, de hecho, era muy parecido a la versión de James así que tuvieron que hacer algunos reshoots porque querían una versión más tierna de Tony Soprano y no ese tipo de la mafia que vemos en la serie. ¿Cómo fue verlo transformarse en esta versión más joven?
Primero que nada, es un gran chico. Tenía 20 años cuando hicimos la película, triplico su edad así que le puedo decir chico. Era muy considerado y consciente de siempre saludar y prestarle atención a todos en el set. No había visto la serie, porque cuando se emitió y estaba su padre, él era muy joven. Era un pequeño bebé. Recuerdo cuando era bebé, que nos pedían silencio porque estaba durmiendo en el tráiler. A medida que creció creo que se le volvió difícil ver a su padre en pantalla. Dijo que no vio la serie hasta que le dieron el papel. Estaba aprendiendo los manierismos de Tony Soprano y el director, Alan Taylor, le dijo: “Todavía no eres Tony el mafioso. Hay cosas que apuntan a eso, pero por sobre todas las cosas eres un chico inocente que se transforma en eso”. La serie lidió un poco con eso, que si te crías en un lugar así, no puedes escapar. La cuestión de la película es: ¿Va a seguir ese camino o no?
Leí que tenían un cameo de Eddie Falco como Carmela que no quedó en el corte final. ¿Fue así?
Hubo un momento en el que iba a haber una voz en el guion original, con un comentario, para preparar la escena. Básicamente, decir: “Érase una vez” y hablar de cuando llegaron al país. Creo que es parte de la genialidad de David Chase. De hecho, él dijo que, lo creas o no, a fin de cuentas, para la película, la obligación de parar el rodaje en medio del coronavirus fue útil porque le dio tiempo para retrabajar y repensar qué era lo que no funcionaba y por qué. Pensó que no funcionaba y se le ocurrió el inicio que está ahora en la película, que no era el original. El comienzo original era con uno de los personajes contemporáneos diciendo “Érase una vez”.
Goodfellas fue un poco el germen de Los Soprano. Ahora hicieron su propia Goodfellas, con los personajes de la serie. ¿Qué me puedes decir de esto?
Creo que es muy diferente, el punto principal en juego en Goodfellas es alguien que no es italiano y qué tan lejos puede llegar en la mafia. Eso es algo que se vuelve a ver en El Irlandés. Los Soprano era más sobre una mafia en los suburbios, mezclándose con la vida contemporánea. Esta película es la historia de cómo llegaron ahí. Entiendo, creo que las dos son una forma contemporánea de ver a la mafia, comparada con El Padrino.
¿Hay posibilidades de que continúen con esta historia?
David hizo una referencia, dijo que podría hacer algo más si pudiera escribirlo con Terence Winter. Sé que lo dijo un par de veces. Supongo que tiene que ver con si siente que tiene algo para decir.