Las comedias románticas han generado, a lo largo de los años, dos tipos de público: los amantes y los haters. Sin embargo, el primero de ellos es el que tiene más gente, por lo que plataformas como Netflix continúan creando este tipo de producciones. El claro ejemplo de eso es su reciente estreno, Un cuento perfecto, la nueva serie española que acaba de lanzarse en el gigante de streaming.
Un cuento perfecto está protagonizada por Anna Castillo y Álvaro Mel y se basa en el libro con el mismo nombre de Elísabet Benavent. Esta historia sigue la vida de, por un lado, Margot, la heredera de un imperio hotelero de Madrid el cual quedará a su cargo cuando su madre muera. Ella, a pesar de tener una vida llena de lujos, se encuentra agobiada por la presión que su progenitora, interpretada por Ana Belén, ejerce sobre ella.
Pero, en otra perspectiva totalmente diferente, Un cuento perfecto nos presenta a David, el personaje de Álvaro Mel. El joven, de casi 28 años, es un simple ciudadano que tiene tres empleos independientes y duerme en el sofá de la casa de sus amigos. En su vida no hay lujos ni un imperio por heredar. Sin embargo, ambos tienen una particularidad: ojos tristes luego de una separación.
David y Margot son tal para cual. Foto: (Netflix)
Ella, por un lado, escapa de su boda convirtiéndose en una Novia Fugitiva a lo Julia Roberts, mientras que él es abandonado por su novia, quien lo deja tras darle nueve razones distintas sobre su disconformidad con la relación. Y esto es, justamente, lo que los une porque, cuando cruzan caminos, se dan cuenta que el uno y el otro son la mejor opción para recuperar a sus parejas.
Aunque, lo cierto es que la química que surge entre ellos es tan instantánea que, a veces, para ellos mismos, es insostenible fingir la amistad. Y es así cómo comienza una historia apacible, encantadora, pero por momentos un poco forzada. Un cuento perfecto es la clara definición de las comedias románticas, ¿por qué? justamente porque sigue el hilo conductor que tienen todas: amor, dificultades, oposiciones, resolución y un final feliz.
Margot escapa de su boda. Foto: (Netflix)
No obstante, lo cierto es que más allá de ese típico cliché en el género romántico, lo que destaca de esta producción es su continuidad cómica en el libreto. Por fuera de lo que es el amor, los personajes son cómicos e intrigantes, haciendo así que uno, como espectador, logre conectar con ellos, porque terminan convirtiéndolos en personas reales.
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Pero, más allá del excelente guion, eso habla de la inigualable actuación de Anna Castillo y Álvaro Mel. A pesar de que, debo admitir, en un principio no me parecían una pareja que podían llegar a congeniar, sin dudas su química ha sido muy visible. Desde el primer hasta el último episodio, ellos hacen de la ficción una comedia entretenida y llevadera.
Con su conexión y su sentido del humor, traspasan la pantalla y, a pesar de que no rompen la cuarta pared, ayudan a darle originalidad a esta historia. Por su parte, Ana Belén en compañía de Lourdes Hernández como Patri e Ingrid García como Candela, las hermanas de Margot, ha sido de gran ayuda para este elenco que ha levantado un cliché convirtiéndolo en una gran comedia.
Margot y sus hermanas. Foto: (Netflix)
Y, si bien Un cuento perfecto es tan fácil de ver que termina siendo olvidable, el hecho de que sea tan divertida, romántica y con un elenco agradable la hace una gran producción. Asimismo, la puesta en escena y la fotografía con el recorrido no sólo de España, sino también de Grecia, lleva a la serie a mostrar una realidad distinta y encantadora.
Por lo tanto, más allá de caer en el mismo camino de todas las series románticas, Un cuento perfecto es agradable y entretenida con su toque de originalidad. Además, Álvaro Mel y Anna Castillo son tan encantadores que lograron un producto que, por fuera de sus evidentes errores, sea disfrutable.