Es de noche. La calle está desolada. Se intuye peligro. Más aún para una chica que transita sola y viene cansada del trabajo o de la escuela. Eso se confirma en cuanto una nube gris la persigue sin que ella se dé por enterada. En cambio, sí es visible para sus ojos un gato callejero al que le ha simpatizado. Algo en su interior la anima a recoger al minino y llevárselo a casa.

Desconoce también que ese felino habrá de ser su guardián y protector ante el ataque de la nube, un elemento que puede ser cualquier cosa: pesadillas, traumas, depresión, estrés, acoso, abuso. Sin embargo, de lo que sí tendrá certeza es de su intención por adoptar al animal y hacerlo su compañero.

A través de esta historia, la directora Paola Pantoja introduce temas sociales de su interés en un cortometraje animado que arroja un desenlace luminoso a comparación de otros contenidos que apuestan por finales sombríos o menos agradables. Para ella, el cine de animación es una vía para narrar preocupaciones, reflexionar y darle al público la oportunidad de que se vaya a casa con la sensación de haber pasado un buen rato. 

En Spoiler platicamos con ella para conocer más sobre su trabajo, mismo que surgió de ser un proyecto de titulación universitaria y ahora compite en el Festival Internacional de Cine de Morelia en la categoría de Cortometraje Animado. 

Entrevista con Paola Pantoja: Sus motivaciones y el cine de animación en México

Como alguien que radica en la capital del país, la asociación inmediata de ver a tu personaje caminando sola y de noche fue con el peligro, con la tragedia. Esa sensación se matiza con la nube, un elemento que puede ser lo que sea, desde una mortificación personal que lleve a contemplar una fatalidad hasta un violador.

Nosotros pensamos en la nube como un problema que acecha a una persona. Puede ser angustia, peligros físicos a manos de alguien más, inseguridades, dudas. Este corto nació en medio de la pandemia ante la incertidumbre de lo que iba a pasar después. Y era en las noches cuando más se manifestaban esas sensaciones de angustia, preocupación extrema, dolor, mortificación. Esa nube representa todo eso. Es un elemento que nos acecha, pero no nos damos cuenta que está ahí. Es también un motivo para saber y aceptar que necesitamos ayuda ante situaciones que nos ponen en riesgo en varios sentidos. 

Tu protagonista luce cansada, agobiada. Por otra parte, nos muestras que es independiente, autónoma. Una soledad en el punto medio.

Quería transmitir su independencia para que por un lado se viera lo fuertes que podemos ser en aras de nuestras libertades y por el otro compartir algo de lo que en verdad sentimos cuando atravesamos por momentos abrumadores, tales como un mal día en la escuela o en el trabajo, frustraciones por no lograr nuestros objetivos o una relación fallida. Además de estar expuestas a peligros físicos violentos, nos exponemos a situaciones que ponen sobre la mesa nuestra salud mental y emocional.

La figura del gato puede interpretarse desde un ángel de la guarda hasta un familiar, ser querido, vecino o cualquier ciudadano que tenga empatía y/o sensibilidad de lo que ocurre con una mujer como tu protagonista.

El gatito es su guardián. Quisimos ponerlo también como una compañía que es común en la vida real. Muchas personas encontramos en los animales un amigo, una familia, un refugio. Un animal como perro o gato es mucho más que una mascota. Son seres que nos motivan a ser responsables en nuestros sentimientos y emociones porque ellos nos lo demuestran  de forma desinteresada. No podemos dejar de darles de comer o jugar con ellos. Por otra parte, son seres que se alegran cuando llegas a casa, es decir, te hacen saber que tu existencia es importante y no estás solo. 

Es también una invitación a la adopción minina, o a respetar a los animales callejeros.

¡Sí! Es otro tema que me interesaba plasmar. Hay muchos perros y gatos que viven en la calle, pero que merecen la oportunidad de tener un hogar. Nunca sabemos cuándo uno de esos animales nos va a cambiar la vida para bien. Así le sucede a mi protagonista, quien toma conciencia de quedarse con él luego de sentir que le aporta bastante a su persona. Ella puede encontrar un estímulo en el gatito que recoge y una compañía, incluso una familia. Que se abran a la opción de adoptar, o por lo menos de contemplarlo.

¿Por qué decidiste elegir el camino de la animación para hacer cine?

Sigo conservando esa emoción que tengo desde niña al ver contenidos animados. Me alegran la vida, me hacen olvidar mis malos ratos. Quiero que las personas que vean mis trabajos sientan lo mismo. Creo mucho en la idea de que contar historias en animación es entretenido y digerible, más fácil de procesar. Pero ello no quiere decir que piensen en tramas que no traten de nada. Por el contrario, el cine animado nos permite explorar un sinfín de temas que podemos facilitar tanto para niños como para adultos y ambas generaciones reflexionen sobre lo que ven.

Perteneces a una generación que empieza a tener referentes femeninos en la cinematografía nacional. ¿Nos faltan esos referentes en la animación?

Es algo muy emocionante. En el Festival de Morelia hay películas de grandes cineastas. Cada una cuenta su historia desde su visión y su género. Hay melodramas que nos hacen analizar en qué plano estamos socialmente, lo cual es enriquecedor para el público y otras directoras. 

En el caso de la animación existen mujeres talentosísimas. Algunas de ellas compiten en el festival. Esos referentes ahí están, pero nos falta hacerlas más visibles, dar a conocer más su trabajo para valorar su calidad y nivel.