Star+ se prepara para el lanzamiento de “Coppola, el representante”, que llegará este viernes a su catálogo. Protagonizada por Juan Minujín y dirigida por Ariel Winograd, esta comedia captura el espíritu de una de las figuras más emblemáticas de los 90 como lo fue Guillermo Coppola, el representante y amigo de Diego Maradona.
Con un elenco que incluye a Mónica Antonópulos, Mayte Rodriguez, Joaquín Ferreira y Santiago Bande, entre otros, la serie ofrece una divertida mirada al frenético mundo de Guillermo Coppola. “Es interesante, son todos personajes de la farándula de los 90 que uno no se imaginaría que los iba a ver en una serie”, aseguró Juan Minujín. Además, destacó las decisiones estéticas de la serie de combinar diferentes formatos como el VHS y el blanco y negro: “Era un poco una idea que tenía Winograd de que esta serie tenía que tener una locura y una dinámica un poco parecida a Coppola. Que tira para todos lados”.
Compuesta por seis episodios de 45 minutos, “Coppola, el representante” transporta a los espectadores a la década de los 90, explorando eventos y personajes reales de aquellos años mientras ofrece un vistazo nostálgico a una era llena de íconos y acontecimientos memorables. Esta producción de Star Original Productions, realizada por Pampa Films/Gloriamundi Producciones y escrita por Emanuel Diez, cuenta con el aprobado de Guillermo Coppola. Antes de su estreno, conversamos con Juan Minujín y el propio Guillermo Coppola sobre qué esperar de la serie de Star+.
¿Cómo fue tu reacción en realidad de en el momento que te dijeron vamos a hacer una serie de tu vida de detrás de escena y de cómo era manejar el mundo Maradona?
Guillermo Coppola: Primero, acá Maradona personaje trascendente si los hubo. Para mí, en una época, el hombre más conocido del mundo, inclusive más que el Papa. Cuando yo digo, esto no minimizó la la figura del Papa. Pero, como hay distintas religiones, uno dice el Papa, de la religión católica. Hay otras religiones. El fútbol es uno solo. Y se ve en los Mundiales lo que trasciende. Diego era el rey del fútbol, era el uno del fútbol del mundo, como hoy lo es Lionel Messi. Entonces lo de él era normal y natural que hicieran su vida, su película su biografía. Lo mío… representante. Entonces, decís, ¿cómo llegaste? He tenido una vida con altos y bajos, con buenas y malas, que de alguna manera interesó a varias plataformas a contratarme. Feliz de haber aceptado y feliz de encontrarme con gente que que trabajó a la grande, desde el primero hasta el último. Sorprendido cuando me lo propusieron y feliz de haber aceptado.
Dijiste, “van a hacer una serie de mi vida”, ¿qué no puede faltar?
G.C.: Te puede sorprender. No dije nada. Sí dije, cuando llamaba a Daniel Scioli, por ejemplo, hablé con Zulemita, con Karina Rabolini, con Alejandra Pradón, con la Yuyo (González), con mi hija… Les di la posibilidad de que si no querían estar me dijeran, antes de que se iniciara el rodaje. Después di libertad absoluta. Si vos confiás… Yo firmé y entregué y siento que no me equivoqué para nada
¿Cómo fue esa construcción?
Juan Minujín: Hablé mucho con él en la previa, ensayamos mucho con Winograd y fueron como esos tres canales muy… yo por un lado miraba mucho YouTube y dio mucho material de archivo para estudiarlo, para verlo, que sé yo. Muchas charlas con él, en la casa, solos, nosotros dos charlando varias horas. Y después ensayos con Winograd. Ensayos, ensayos, ensayos. Por suerte a él le gusta mucho ensayar y a mí también, así que nos dimos la oportunidad de vivirlo así y está bueno. Yo le decía Guillermo que no es una imitación en el sentido que nunca quisimos sacarlo como es, sino más, cómo piensa, cómo arma las frases… pero no, por cómo pronuncia la “s” nada más, sino por cómo piensa, cómo se dirige a alguien. Esas cosas.
¿Cuánto te conmueve ver esa recreación?
G.C.: No vi mucho. El trailer está bárbaro. Vi algunas cositas con Juan Minujín, cuando lo mostraron para ver cuál era mi reacción y te digo que hay una interpretación perfecta del personaje. No hay una imitación sino una interpretación. Indudablemente hay cosas que me van a llevar a las lágrimas y otras que me van a recordar momentos recontra felices. Es como es la vida, altos, bajos, buenas, malas. La vida de todos. Y bueno, yo llegué a la serie entonces se verá en la pantalla que dice la diferencia que puede haber con otro. Por eso digo: “Llegaste a la pantalla”. Me distinguieron. Estoy agradecido, es una comedia. Son seis películas, 45 minutos cada una, con la vida de uno, viejo. Somos 47 millones de habitantes… ¿serie de cuántos hicieron? ¿100? ¿200? Somos 47 millones y ahí está Coppola, el representante.
Viste que cuando tenés que practicar un idioma distinto o una tonada, hay palabras o hay frases que repetís hasta que más o menos le agarrás.. ¿con alguna anécdota lo hiciste eso…?
J.M.: No, más que con anécdotas, con algunas conferencias de prensa que las escuchaba y las tenía y ahí encontraba como ciertas llaves de cómo él se expresa ante diferentes situaciones de la prensa y qué sé yo. Cómo se defiende, cómo ataca, etcétera y eso a veces sí, lo repetía para entrar en carril, digamos.
Es el sueño de cualquier actor, ¿no? Es un mito la vida de Coppola, es una leyenda. Después vemos cuánto es verdad, cuánto no. ¿Cómo fue para vos? Porque todos los capítulos son una fantasía distinta.
J.M.: Bueno, está muy bien lo que decís porque cada capítulo es una fantasía distinta. La serie es un juego. Es muy lúdica y es una fantasía y ya no importa si las anécdotas son ciertas o no. Hay algo de, “bueno, esto es lo que yo voy a ofrecer”, pero después no importa la veracidad de eso. Me siento súper agradecido. También tengo que decir que no fue un sí inmediato en el sentido de que quería entender por dónde íbamos a verlo. Winograd me confirmó mucho la idea de que bueno, íbamos a ver todo esto desde la dimensión emocional de Coppola, el personaje, de lo que no vemos todo el tiempo en las anécdotas. Entonces, bueno ver los otros costados y eso me interesaba mucho.
¿El parecido lo veías? ¿En qué momento te creíste…?
J.M.: No, cero. En un momento me mostraron una foto que habían photoshopeado, pero poco. La miré, es una foto muy famosa de Coppola con Maradona, me mostraron esto y yo dije “sí, sí, pero la conozco la foto”. Y me dijeron, “no, pero la cara es tuya”. Y miré y era yo. Y sí, me sorprendió mucho porque dije: “Ah, mira, hay mucho parecido”. Hay otras cosas que no. Después hicimos un proceso de caracterización que fue desde tener toda la cara llena de prostéticos, hasta sacarlos casi todos.
No se nota tanto el maquillaje…
J.M.: Es que no hay, en realidad es solo la peluca, después sacamos todo e hicieron una caracterización muy buena con maquillaje, pero no hay prostéticos.
Rodaron en Nápoles que es como la meca de Maradona. ¿Qué es lo más loco que les pasó?
J.M.: Es una ciudad que todo el tiempo se respira Maradona en todas las cuadras. Está el santuario, está esto, está la cancha. Toda la gente tiene anécdotas con Maradona y muchos tenían muy presente a Coppola… “capa Bianca esto lo otro”. Era como algo que estaba muy presente. Nos pasaba mucho que teníamos extras… obviamente casi todo el cast era de allá salvo yo y todos los extras napolitanos tenían anécdotas con Maradona y con Coppola.
¿Cómo salías de Guillermo cada vez que terminaba el día de rodaje?
J.M.: No, te diría que salí directamente cuando terminé la serie. Entre un día y el otro no salía mucho.
¿Te pasó que gente con la que te vincules cotidianamente te diga algo?
J.M.: Te diría que no me vinculé con mucha gente durante el tiempo porque era una era de mucha intensidad del trabajo. Sí, estaba muy contaminado porque es una convivencia muy muy, muy intensa, muy intensa y que además todo el tiempo creés que vas encontrando algo nuevo y algo mejor. Cada vez íbamos viendo más y yo seguía viendo YouTube desayunando, mientras me hacían el makeup que eran como dos horas y media seguía viendo material. Se va a retroalimentando.
+Quién le enseñó a contar anécdotas a Guillermo Coppola
Si algo define a Coppola, que se ve en la serie a través de la interpretación de Minujín, es la forma de contar anécdotas, de hablar y de comunicarse. Al ser consultado sobre quién le enseñó a contar las anécdotas así, Guillermo Coppola fue contundente: “Nadie”. Sin embargo, después de pensarlo un poco, se acordó de alguien muy especial. “Sabes a quién… siento ahora que me haces esta pregunta… porque la gente destaca ¡y me contrata! Yo hago muchas… Me dicen ‘charlas motivacionales’… Las mías son charlas que no te aburrís, que te divertís. Mamá era así, de contar las cosas de una manera que te atrapaba”.
Y si de no aburrirse se trata, nos regaló una divertida anécdota, con el sello de Guillermo Coppola:
G.C.: Yo tuve una relación con una chica que tenía hábitos… una monja. La hija de una amiga de mamá que vivía 50 metros de la casa, su parroquia estaba a 50 metros de la casa de mamá. Cuya amiga se había mudado al sur y se quedaba en la casa de mamá, y la hija cruzaba del convento a la casa mamá a ver a su madre. Yo no la conocía. Un día llego y veo a esta chica… muy linda. Mamá, conociendo a su hijo… y me lleva a otro cuarto, me dice: “Ni se te ocurra. Te conozco”. Le digo, “nada que ver”. Yo iba a buscar una plateas para ir a ver a Boca. Y le digo, la vi aburrida. Le digo: “¿No me querés acompañar hasta el parque Lezama?”. Cuando voy, para cruzar la calle Defensa, le agarro la mano. Y en ese sentir de mano, sentí que había algo más. Y ella no me soltó la mano. Fuimos al parque, subimos una glorieta, y nos pusimos frente a frente y le dije: “Nunca me soltaste la mano”. Ella me dijo: “Nunca me pasó esto”… Nos acercamos… y ella vestida de monja… Y nos dimos un beso. Menos mal que no había celulares.
Pasaron los años. Mamá, ni bien llegué, me conocería tanto… “No lo puedo creer”. Le dije: “No pasó nada” y me dijo, “te conozco”. Pasa el tiempo… la monjita… tuvimos una relación. Por supuesto, dejó los hábitos, y la mamá la condena llevándola al sur. Pasan los años, más de 20, estoy en Bariloche con un amigo, con una familia amiga, nos viene a buscar un chico amigo con un barco para dar una vuelta. Y se acerca una señora bikini. Linda. Y me dice: “Nosotros tuvimos algo que ver”. El marido era una mezcla de El increíble Hulk y Sansón. Yo calladito, le dije: “Perdón, no recuerdo”. Me dice: “No, no te asustes. Me dice, ¿Ves esos dos chicos que están allá? Son mis hijos. Él es mi marido y mi marido conoce bien la historia. Gracias a vos, yo pude formar esta hermosa familia. Yo soy la monja”.
+Por qué hay que ver Coppola según Juan Minujín
J.M.: Creo que la tiene que ver porque es una comedia muy divertida, muy zarpada, muy con una narrativa completamente distinta, en general, a las biopics. En donde se hace foco en el que está al lado. No en el protagonista, sino en el tipo que está al lado arreglándole todas las cosas al protagonista. El tipo que trabaja para el emperador, eso es divertido.
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