Hallazgos visuales sorprendentes, planteos inteligentes y unas escenas que a nivel cinematográfico elevan la media. Así es Resistencia , una de las mejores películas de ciencia ficción que se acaba de estrenar en cines y que, definitivamente, ha sido una completa, grata y entretenida sorpresa aunque, hay que destacar, también es extensa y vulgar por momentos.

Sin embargo, a decir verdad, Resistencia es de esas películas que, por más que tiene dos fallas mínimas, supera lo perfecto y la eterna duración de 2hs y 15 termina siendo más fácil y llevadera. ¿Por qué? Justamente porque el planteo futurista que tiene de una guerra post apocalíptica no solamente es contemporáneo a la actualidad, sino que además está realizado de una manera tan fluida como audaz.

Pero, para entender el por qué, comenzaré explicando de qué va esta historia creada y dirigida por Gareth Edwards a la que fui a ver sin expectativas y fue una sorpresa inigualable. Resistencia está ambientada en el año 2065 y nos comienza contando la historia de Joshua (John David Washington), un agente de fuerzas especiales que está infiltrado en una comunidad de criaturas creadas por la Inteligencia Artificial.

John David Washington en Resistencia. Foto: (20th Century Studios)

Durante su infiltración él conoce a Maya (Gemma Chan), una mujer de la que se enamora y con quien termina casado y esperando un bebé. De todas maneras, en medio de una noche de su apasionado matrimonio, el ejército estadounidense invade su escondite desatando una masacre sobre varios robots creados por las IA.

Entre ellos, claro, se encuentra Maya. Su desaparición deja en duelo, por mucho tiempo, a Joshua quien en medio de este momento de tristeza es reclutado nuevamente para cazar y matar al creador de una avanzada IA que ha creado un arma misteriosa que es capaz de acabar con la guerra y la raza humana. Ante esto, el protagonista y su equipo llegan a un área de Inteligencia Artificial donde descubren que esta arma fue realizada con forma de niña (Madeline Yuna Voyles).

Madeline Voyles es Alphie. Foto: (20th Century Studios)

Es este el punto de partida de una historia ambiciosa, pero que no tiene nada de surrealista. Su trama va más allá de la ciencia ficción ya que, bien como queda demostrado y teniendo en cuenta la realidad actual, está adaptada en un futuro no muy lejano. Pero, no es solamente esto lo que llama la atención de esta película de Gareth Edwards.

El director demostró, una vez más que, así como ha sucedido en películas como Godzilla , tiene el talento necesario para abordar dimensiones inquietantes y provocadoras. ¿Entre ellas?: mostrar una especie de sátira hacia el ejército estadounidense, el cual está bajo constante ataque de la Inteligencia Artificial.

Repleto de agallas y suficiencia, Edwards ha hecho una obra magistral no sólo a nivel narrativo, sino también visual. A pesar de la longitud de la cinta, la cual contiene momentos innecesarios con rellenos que, de quitarse no cambiarían el hilo conductor de la historia, la producción es verdaderamente sublime.

Los efectos especiales, con naves como la del ejército estadounidense que todo lo controla y todo lo aniquila, con robots que verdaderamente parecen humanos y una combinación extrema de grandes puestas en escena, el atractivo visual hace de esas dos horas algo atrapante. Asimismo sucede con su elenco, pero principalmente con Madeline Voyles .

Joshua y Alphie. Foto: (20th Century Studios)

La actriz, quien interpreta a la adorada Alphie, pasó de ser una subprotagonista a la protagonista principal. El desarrollo de su personaje, con su nivel de interpretación tan inocente y sentimental es el que lleva a esta historia a no ser solamente una de ciencia ficción y guerra, sino a entender la empatía, el compañerismo y el amor familiar .

Sin dudas, Resistencia es de esas películas que no es solamente un largometraje de ciencia ficción con una producción ambiciosa y complaciente, sino que tiene hasta una banda sonora admirable y el contenido más atrapante de todo lo que he visto en el año. Un próximo éxito de taquilla que es digno de disfrutar.