Esta semana llegó a los cines de Latinoamérica la nueva película del director Matthew Vaughn, Argylle. Se trata de una nueva apuesta que tiene el sello característico del cineasta, cuya filmografía se ha caracterizado por combinar tanto la acción con la comedia y el espionaje.

Sí, sí. Puede que te suene conocida esta descripción, pero antes de adentrarnos en la carne de este asado, una advertencia: este artículo contiene spoilers de Argylle, por lo que si no quieres conocer detalles de la trama, lo mejor es que dejes de leer aquí.

La nueva película muestra cómo un superespía, se ve arrastrado a una búsqueda del tesoro que le lleva por todo el mundo. Sin embargo, el turbulento pasado del agente secreto podría poner en peligro la misión. Así surgen múltiples situaciones que tendrán más de un giro y coartarán la confianza del espectador ante lo que está viendo. Intriga pura.

El asunto es que el remate de la película termina insinuando que Argylle es parte de un universo más grande y que las audiencias ya han visto a través de tres entregas previas.

Qué significa la escena post créditos: ¿Argylle y Kingsman pertenecen al mismo universo?

La escena post-créditos ocurre en un pub llamado The King’s Man, que es nada menos que una alerta de conexión directa con la popular serie de películas de Kingsman, del mismo Vaughn.

La saga de espionaje incluye a Kingsman: The Secret Service (2014) y Kingsman: The Golden Circle (2017). Además de la expansión del mismo universo gracias a la precuela The King’s Man, estrenada en 2021.

En el material extra de Argylle, el actor británico Louis Partridge, interpretando a un personaje desconocido, se acerca al bar y pide una complicada orden para su trago, que obviamente es un código.

El barman entonces le presenta una caja que contiene una pistola y un silenciador, esto al mismo tiempo que Partridge se presenta como Aubrey Argylle. Acto seguido un mensaje en la pantalla anuncia que ‘Argylle: El Primer Libro‘ llegará pronto a las pantallas.

Esto insinúa que Vaughn ya tiene planes para adaptar el libro ficticio que abre la saga de la exitosa novelista de espionaje Elly Conway/Rachel Kelly (Bryce Dallas Howard), la protagonista de Argylle.

Esto al mismo tiempo que con el nombre del bar en la escena post-créditos sugiere que Argylle y Kingsman comparten universos. El asunto es cómo precisamente se establece esta conexión. Las preguntas que surgen de inmediato son: ¿una potencial nueva película será en torno a la ficción literaria que creó la espía Kelly? O, ¿es la misma Kelly la que habita en el universo de Kingsman?

Si la respuesta es positiva a la primera pregunta, está todo en orden. En la ficción todo es prácticamente posible. Pero si lo que sucede es realmente lo que apunta la segunda interrogante, existen dos grandes problemas que necesariamente exigen una clara explicación, si es que Argylle y Kingsman comparten realidades y Vaughn quiere que éstas sean coherentes.

El doble gran problema que ahora debe explicar Argylle

Resulta que Samuel L. Jackson y Sofia Boutella aparecen el Argylle. Jackson como Alfie, el ex director de la CIA retirado que sirve de mentor para Aidan Wilde (Sam Rockwell) y Rachel Kelly. Mientras que Boutella figura como Saba Al-Badr, “la guardiana de los secretos” en medio del desierto.

¿Dónde se provocaría el choque de los mundos? En el hecho de que tanto Jackson como Boutella ya aparecieron en Kingsman y con personajes muy diferentes a los que interpretan ahora en Argylle.

Sofia Boutella y Samuel L. Jackson en Kingsman (2014).

El veterano Samuel y la “rebelde” Boutella fueron los antagonistas de la Kingsman de 2014. En esa película, Jackson es un multimillonario estrafalario con una conciencia ecológica malévola, en tanto que Boutella es su secuaz y mano derecha, con espadas en lugar de pies.

Por el momento, todo apunta que Vaughn quería volver a poner a sus favoritos en otra de sus películas. De lo contrario, le debe al publico un par de buenas explicaciones a las interrogantes que supone esa escena post-créditos.