Pasaron más de 10 años desde que E.L. James publicó una novela erótica que revolucionaría el género: Cincuenta sombras de Grey. La autora británica lanzó su primer libro en 2011, consiguiendo que la historia se transformara en un auténtico suceso. Es por esto que Universal Pictures no dudó en llevar una adaptación a la pantalla que le permitiría a la franquicia alcanzar una nueva audiencia. Y aunque Dakota Johnson y Jamie Dornan ocuparon los roles principales, su protagonista recientemente reveló que no significó una buena experiencia.
La trama de la primera cinta que compone la trilogía gira en torno a Anastasia Steele, una estudiante de Literatura que debe entrevistar a un joven empresario llamado Christian Grey. Es así como se topa con un hombre exitoso, seductor e intimidante, adjetivos completamente opuestos a ella. Desde su inocencia, inicia una relación apasionada que cambia al descubrir sus particulares prácticas eróticas y sus oscuros deseos.
Tras el fenómeno en cines en 2015, dos películas más llegaron para completar la historia. Sin dudas, esto impulsó la popularidad a nivel global de Dakota Johnson y Jamie Dornan. No obstante, la actriz principal relató una compleja experiencia en diálogo con Vanity Fair: “Me uní al proyecto para hacer una versión muy diferente de la película que terminamos haciendo. E.L. James tenía mucho control creativo, todo el día, todos los días y solo exigía que sucedieran ciertas cosas”.
Acerca del vínculo con la autora de los libros -que comenzaron como una fan-fiction de la saga Crepúsculo– insistió: “Había parte de las novelas que simplemente no funcionarían en una película, como el monólogo interior increíblemente cursi. No funcionaría decirlo en voz alta. Siempre fue una batalla. Hubo muchos desacuerdos. Nunca he podido hablar de esto sinceramente porque, como actriz, quiero promocionar una película de la manera correcta”.
De todos modos, remarcó: “Estoy orgullosa de lo que finalmente hicimos y todo salió como se suponía. Pero fue complicado. Hacíamos las tomas de la película que E.L James quería hacer y luego hacíamos las tomas de la película que queríamos hacer nosotros. La noche anterior, reescribía escenas con el diálogo anterior para poder agregar una línea aquí y allá. Era como caos todo el tiempo”. Dakota Johnson concluyó: “No me arrepiento. Si hubiera sabido en ese momento que iba a ser así, no creo que nadie lo hubiera hecho. Habría sido como: ‘Oh, esto es psicótico’”.