La temporada pasada de La Casa de Papel dejó a sus seguidores con la boca abierta. Y es que uno de los personajes más queridos de la serie de Netflix, Nairobi, fue brutalmente asesinado de un disparo en la cabeza por el temible Gandía. El papel interpretado por Alba Flores pareció tener un final definitivo y ya se había confirmado que no regresaría nuevamente a la ficción creada por Álex Pina y dirigida por Jesús Colmenar.

De hecho, en el especial de Netflix La Casa de Papel: El Fenómeno, sus creadores mostraron la despedida del personaje. La actriz remarcaba en ese entonces: “Dicen que cuando vas a morir, la vida te pasa por delante. Y pues me pasa lo mismo con el personaje”. Una vez que el rodaje acabó para ella, sus compañeros la aplaudieron, le entregaron un ramo de flores y la abrazaron con mucho cariño.

La nieta de Lola Flores ya había trabajado con el mismo equipo técnico años atrás con el éxito Vis a Vis, en el que también participó Najwa Nimri, ahora reconocida por su rol de la inspectora Alicia Sierra. Sus últimas palabras en el set fueron entre lágrimas: “Con algunas personas de este equipo han sido muchos años. Y quiero agradeceros todo lo que he aprendido con vosotros. He crecido aquí como actriz como nunca había pensado que lo haría, y como persona también. Ojalá me toque rodar 16 mil veces más con vosotros”.

Y así fue: para la primera parte de la quinta y última temporada de la serie, la actriz se trasladó hasta la filmación en Madrid. En el documental La Casa de Papel: De Tokio a Berlín, Alba Flores reveló: “Me veía muy lejos del personaje. Estaba esperando a que vengan y hagan su magia de vestuario y maquillaje”. Mientras la alistaban con su peinado en camarines, se animó a preguntarle a su gran amiga Úrsula Corberó algunos spoilers de la serie. En el cruce, le consultó si su personaje realmente moría y de qué manera. “Me muero en el capítulo que viene, me inmolo”, soltó la actriz de Tokio.

Una vez dispuesta para comenzar con la escena, ya lista en la piel de Nairobi, aseguró: “Sigo pensando que una muerte a tiempo es una victoria. Los personajes tienen un recorrido y no tienen que estirarlos más. Yo creo que es mejor acabarlos con gusto”. Y concluyó: “Que bien que hayan escrito que al final a ella lo que le importaba era vivir algo real con la gente”.