Una de las series más populares de los últimos años es la multipremiada The Crown, la cual se puede ver por el servicio de streaming Netflix. Esta ficción nos invita a recorrer en la intimidad la vida de una de las mujeres más poderosas de la historia, la reina Isabel II, y si bien ha recibido grandes elogios por parte de la crítica especializada, puertas adentro de la familia real están muy disconformes. ¿Cuál es la verdad?

Comotoda producción que adapte la realidad a la pantalla, es normal que se tomen sus licencias dramáticas al momento de desarrollar diversos momentos históricos. Es por eso que se genere alguna controversia, como ya sucedió con el Príncipe Carlos, quien manifestó dos hechos que se vieron en el programa que le molestaron bastante.

La última temporada de The Crown fue especial, ya que avanzó en el tiempo y nos transportaron al momento en el que se hace presente la princesa Diana y en la dramatización muestran el triángulo amoroso con el Carlos y la duquesa de Cornualles. Quien alzó la voz para manifestar su descontento fue Dickie Arbiter, secretario del Palacio de Buckingham entre 1988 y 2000.

Arbiter declaró que la cuarta entrega estaba llena de “personajes acartonados” y retrata al príncipe de Gales de manera injusta. En la charla con Times Radio dijo: “No es un documental, no es historia. Es un drama y se ha tomado una licencia dramática en exceso y ha convertido al príncipe de Gales en un villano. No es un villano. Nunca ha sido el villano y Peter Morgan [guionista] ha convertido a Diana en una víctima… Ha retratado personajes que no conozco. Pasé 12 años en el palacio, traté al todo el mundo allí y estas personas no son las que conocí”.

Con sus palabras fue duro contra la serie de Netflix, aunque admitió que Emma Corrin, quien interpretó a Lady Di, hizo un gran trabajo: “Ella, obviamente, estudió a Diana: sus gestos, su forma de caminar, sus movimientos, y lo hace bien”. Pero a continuación volvió a las críticas y apuntó contra Olivia Colman: “Debería dejar el trabajo porque, francamente, es una representación rancia“.