En el último tiempo Outlander se convirtió en una de las series más vistas a nivel mundial. Su publicación en Netflix incrementó la posibilidad de llegar a más personas y una de las razones es la química que transmiten Sam Heughan y Caitriona Balfe en sus papeles como Jamie y Claire Fraser. Y, a pesar de que en la actualidad hay muchas series de época, ninguna la logra alcanzar.
No obstante, además de la increíble ambientación, caracterización de los personajes y el nivel actoral de cada uno de los intérpretes, Outlander logró salirse de lo común en cuanto a las escenas sexuales. Y, uno de los claros ejemplos está en la primera temporada cuando Jamie y Claire consuman su matrimonio de la manera menos esperada.
Jamie, un hombre nacido en la Escocia del 1700 tenía sus propias costumbres. En aquella época, según cuenta la historia y la misma serie, a los hombres no les importaba cuidar a la mujer en las relaciones sexuales y más que un acto lleno de amor, estaba plagado de violencia. Es por eso que, Claire se encargó de demostrarle que, sin lastimar a la otra persona, los dos podían disfrutar.
Es decir, las intenciones de Claire no eran más que disfrutar de una noche haciendo el amor y no teniendo sexo duro y doloroso. Esto se debe a que ella, una viajera en el tiempo, llegó del 1900 más específicamente 200 años después cuando, a pesar de los pocos recursos, las mujeres ya eran un ápice más experimentadas y tenían más derechos.
Y, con esta escena, Outlander logró romper todos los estereotipos en los que siempre es un hombre el que le tiene que enseñar a una mujer cómo relacionarse en la cama. De hecho, con este tipo de cosas, la serie basada en los libros de Diana Gabaldón también le dio una impactante lección a Bridgerton, la producción de Shonda Rhimes la cual está ambientada entre la época de Jamie y la de Claire, es decir, el 1800.
Es que en Bridgerton todavía es un tabú hablar del sexo y las jóvenes, quienes son presentadas a la corte para definir su situación matrimonial no conocen nada sobre cómo consumar su relación. Tal es así que el duque de Hastings, interpretado por Regé-Jean Page, es quien le enseña a Daphne (Phoebe Dynevor) cómo autocomplacerse y, además, cómo se conciben los hijos.