La esperada comedia romántica del verano, “Con Todos Menos Contigo” (Anyone But You), protagonizada por Sydney Sweeney y Glen Powell, ha generado grandes expectativas entre los cinéfilos. Ante el inminente estreno en cines, muchos se preguntan si la película presenta escenas postcréditos, ese añadido especial que a menudo sorprende y emociona a los espectadores.

La trama sigue a Bea y Ben, aparentemente la pareja perfecta, cuya primera cita prometedora se ve afectada por un giro inesperado. La película se desarrolla en el contexto clásico de una comedia romántica, con muchos malentendidos y una serie de eventos que van acercando a los protagonistas para llevarlos a comprender que, efectivamente, son el uno para el otro.

Todo se desarrolla en Australia, donde la hermana de Bea se está por casar con una de las mejores amigas de Ben. A partir de aquí, deberán compartir un fin de semana juntos de forma obligada, fingiendo que se llevan bien y hasta que son pareja para cumplir los objetivos que se plantean. De a poco, obviamente, notarán que hay mucho más que ficción en ese lazo.

En cuanto a la pregunta de si hay escenas postcréditos en “Con Todos Menos Contigo”, la respuesta es ambigua. Si bien no hay una secuencia al estilo de las que suelen verse en las franquicias, con situaciones que abren la trama para continuaciones, sí hay un divertido rejunte de escenas que vemos a lo largo de la película, con un pequeño giro (¡Spoiler alert!): los actores cantan la canción con la que Ben se tranquiliza cuando debe volar.

+La canción que Ben utiliza para calmarse en Con todos menos contigo

Una de las incógnitas que ha dejado “Con Todos Menos Contigo”, la comedia romántica de Sydney Sweeney y Glen Powell, es la identidad de la canción que Ben utiliza para calmar su miedo a volar. La música desempeña un papel destacado en la película, y esta canción en particular se ha convertido en un elemento memorable para los espectadores.

Glen Powell es Ben en la película de Will Gluck. (IMDb)

La canción en cuestión es “Unwritten” de Natasha Bedingfield. Esta pegajosa composición fue lanzada en noviembre de 2004 y rápidamente se convirtió en un éxito, obteniendo incluso una nominación al Grammy por Mejor Interpretación Pop Vocal.