El pasado 2 de febrero, Netflix lanzó a nivel mundial El Estafador de Tinder, una película documental que traspasó fronteras y se convirtió en un éxito inmediato. Pues, resulta que este film está basado en la historia real de tres víctimas del fraude Simon Leviev, quien estafó a un grupo de mujeres a través de la app de citas, Tinder. Y, en este largometraje, se devela la identidad de este sujeto y la lucha de sus víctimas para someterlo a la justicia.
Shimon Hayut es el nombre original de Simon Leviev, quien se hacía pasar por el hijo del magnate de las joyas, Lev Leviev. Tal es así que, mostrando ser un heredero nato inventó una vida plagada de lujos, la cual terminó siendo una trampa mortal para tres mujeres que cayeron en su estafa. Por eso ahora, las tres víctimas decidieron contar la investigación que realizaron junto a periodistas para poder encontrarlo y que rinda cuentas.
Según lo que relata El Estafador de Tinder, el modus operandi de Simon Leviev era siempre el mismo: invitarlas a salir, enamorarlas y, luego, fingir estar en peligro para pedirles dinero y que lo ayuden a salvarse. Sin duda, una situación desagradableque terminó llevando a quienes cayeron en el engaño a pedir préstamos millonarios los cuales, ahora, necesitan cancelar pidiendo ayuda en una recaudación de fondos.
Tal es así que, con semejante historia por detrás, este documental fue una sensación totaly la cara de Hayut recorrió el mundo entero. Aunque, por supuesto, esto no fue favorable para él ya que, además de recibir una condena social, ahora sufrió un nuevo revés. Pues, resulta que ante esta noticia, desde Tinder decidieron dar de baja su cuenta para que no pueda realizar más estafas.
El estafador no podrá volver a entrar a la app de citas ni tampoco engañar a ninguna otra mujer. De hecho, ni siquiera lo podrá realizar a través de Instagram dado que esta red social también bajó su perfil oficial. Eso sí, cabe destacar que en este sitio Simon se creó otra cuenta en la cual confirmó que dará su versión de los hechos, aunque luego laterminó por cerrar él mismo.