Snake Eyes fue uno de los grandes estrenos de las últimas semanas en Estados Unidos, luego de ser retrasada por un año y medio a causa de la pandemia del Coronavirus. Henry Golding tomó el papel principal de G. I. Joe, acompañado de Úrsula Corberó, estrella de La Casa de Papel, serie de Netflix. En la cinta fuimos testigos de una gran química entre ellos y se debe a su relación detrás de cámaras.

“Un misterioso luchador solitario, conocido solo como “Snake Eyes”, es recibido y entrenado por un antiguo clan ninja japonés llamado Arashikage, pero descubre que su lealtad se pone a prueba cuando se revelan secretos de su pasado, ya que finalmente se encamina hacia convertirse en el famoso héroe de G.I. Joe”, adelanta la sinopsis del film que nos muestra los orígenes del mítico personaje.

El rodaje comenzó en octubre de 2019 en Vancouver, donde coincidieron los actores por primera vez. “Úrsula es una de las actrices más fantásticas con las que he tenido el lujo de trabajar. Y no solo fuera de pantalla, también dentro. Hemos salido por ahí… Es, literalmente, luz y el alma de todo”, aseguró Golding. Por su parte, Corberó se sentía nerviosa: “Es mi primera superproducción en inglés, sola, fuera de casa, y me dio vértigo quedarme fuera de la ecuación”, declaró.

Henry dijo haberla conocido por casualidad cuando vio la serie de Netflix y no podía quitarle los ojos de encima. Afirmóque se adueñó del personaje de la Baronesa y que esperaba convencer al estudio de que tenga su propio spin-off, aunque por el momento esta oportunidad no fue confirmada. Los testigos afirmaron que en el set hubo muchas risas y momentos divertidos, suficiente para llevar la filmación a un ambiente adecuado para ambos.

Si bien los espectadores no dudaron de la gran química entre los protagonistas, la realidad es que Snake Eyes es un completo fracaso, tanto en las críticas como en la taquilla. En su primer fin de semana recaudó $13 millones de dólares, una cifra menor a la que imaginaron, y actualmente cuentan con $35 millones de dólares obtenidos en todo el mundo, pero al contar con $88 millones de presupuesto las pérdidas pueden ponerle fin a la franquicia.