La Historia Oficial es la primera película que ganó un Oscar en la categoría de mejor filme extranjero en 1986. No es para menos. La película que está disponible para ver en Netflix cuenta de manera muy profunda y exacta lo que significó la dictadura en Argentina. Y es importante entender también el momento que se escogió para rodarla.
El filme comenzó a gestarse en 1983 y su director Luis Puenzo tuvo que trabajar con seguridad durante un buen tiempo porque los militares aún continuaban en el poder.
Durante esos años, una decena de artistas tuvieron exiliarse y comenzar sus vidas en el exterior, luego de sufrir repetidas persecusiones por su forma de pensar. La lista es larga. Entre los más populares, se encuentran Héctor Alterio, León Gieco, Mercedes Sosa e intelectuales como Osvaldo Bayer, Ernesto Sábato, entre muchos otros.
Por este motivo y, a pesar de que el retorno a la democracia ocurriría a finales de ese año, el rodaje no fue nada fácil. Finalmente, se estrenó en el año 1985 en el Festival de Cannes.
La Historia Oficial: por qué deberías verla
Es 1983 en una Argentina que transita los últimos años de la dictadura cívico militar, que comenzó el 22 de marzo de 1976. En Buenos Aires, una maestra de historia comienza a tomar conciencia de los crímenes de lesa humanidad que habían estado ocurriendo durante en ese período,al tomar contacto con una mujer que busca desesperadamente a su nieta tras la desaparición de su hija.Comienza a sospechar de los negocios de supropio marido y a reflexionar acerca de lo que le habían hecho creer era la historia oficial.
¿Por qué es importante verLa Historia Oficial y qué significa para la historia argentina y latinoamericana?Una de razones es que al mismo tiempo que se narra la historia de la película, estos hechos suceden en la Argentina detrás de cámara. Una crisis económica infernal tras las políticas neoliberales impuestas el ministro Martínez de Hoz, las grietas de pensamiento entre los quedesean muy país con Justicia e igualdad para todos y los que prefieren continuar su vida en un mundo repleto de individualism. Además, como si fuera poco, aborda cómo nació la invaluablelucha delas Madres y Abuelas de Mayo.
Ese grupode mujeres que con un enorme corajecomenzaron a reunirse en los alrededores de la Plaza de Mayo frente a la Casa de Gobierno en pleno golpe militar para pedir por la aparición con vida de sus hijos. La lucha comenzó, en 1977, con Azucena Villaflor y otras tantas y hoy continúa con las diferentes asociaciones de derechos humanos, que siguen buscando y restituyendo la identidad de aquellos bebés que fueron despojados de sus padres en cautiverio.
Las magistrales actuaciones del elencomerecen un capítulo aparte. Es que aquí los protagonistas del filme fueronprotagonistas en la vida real de esta cruda dictadura.Héctor Alterio, quiendebió escapar de la Argentina hacia España, intepreta a Roberto, eloscuro esposo de Alicia (Norma Aleandro). Este hombre déspota y cruel convertido en un financista reniega de su pasado pobre. Y junto a HugoArana,Alenadro y Guillermo Batagliaprotagoniza una de las mejores escenas de la película.
Luego de una cena familiar, su padre, un inmigrante español, le hace notar al personaje de Alterio cómo las políticas económicasde la dictadura enriquecieron solo a unos pocos. “Los ladrones y los cómplices se fueron arriba solamente”, expresa.
A lo que Roberto contesta: “A los que son como ustedes les va mal. Tenés las mismas máquinas que hace 40 años. El mundo sigue andando”.
En ese momento su hermano, el personaje que da vida Arana interrumpe la escena. “¿No te da verguenza repetir ese verso tan estúpido y tan inmoral mientras la gente se muere de hambre?”.
“Aquí nadie tiene hambre. Siguen repitiendo las mismas cosas anarquistas de siempre. La guerra de España terminó y estudes perdieron. Y a mí mequieren hacer creerque yo soy un perderdor, pero yo no soy un perdedor“, expresa Roberto.
Fiinalmente, Arana pronuncia una de lasfrases memorables del filme: “Esa guerra de la que hablás la perdieron los pibes, los pibes como los míos porque ellos van a pagar los dólares que se robaron teniendo que no estudiar. Porque vos no lo vas a pagar, si vos no sos un perdedor”.
Sin dudas, una joya única del cine argentino de visión obligatoria.