Un robo perfecto puede convertirse en una historia atrapante para los ciudadanos que lo siguen en vivo y en directo. Pero además, puede funcionar como una fuente de inspiración para entretenidas series y películas. Esto ocurrió con el atraco al Banco Río en Buenos Aires, Argentina, que luego se transformó en una historia de película: El Robo del Siglo. La cinta dirigida por Ariel Winograd fue un éxito en su país de origen y próximamente llegará al otro extremo del mundo.

Es que esta producción protagonizada por Guillermo Francella y Diego Peretti tendrá su estreno en China y se consolidará como la primera película argentina en llegar de forma comercial al país asiático. Aunque su lanzamiento oficial fue en enero de 2020, este viernes debutará en más de  3 mil salas de cine de la mano de la distribuidora Ancore Pictures.

La noticia se dio a conocer a través de un video en redes sociales presentado por Sabino Vaca Narvaja, el Embajador Argentino en Beijing. “Estoy convencido de que este es un camino de ida para trabajar en un puente cultural como son los medios audiovisuales y las películas”, aseguró el funcionario. Por su parte, su director Ariel Winograd y su protagonista Guillermo Francella agradecieron el recibimiento a los espectadores asiáticos e invitaron a disfrutar del largometraje.

Póster de El Robo del Siglo para China (Ancore Pictures).

Pablo Rago, Luis Luque y Rafael Ferro completan el elenco de El Robo del Siglo. ¿De qué se trata? Una banda de atracadores simula un robo con rehenes con armas falsas que, en realidad, tiene detrás un plan perfectamente ensayado. La película se basa en los hechos reales que tuvieron lugar en la localidad bonaerense de Acassuso, en 2006, y que concluyó con el robo de 19 millones de dólares.

El potencial para el cine argentino es enorme. En 2020, por primera vez en todas las salas de cine de China superaron a las de Estados Unidos en su recaudación. El país asiático no solo ocupa los primeros lugares a nivel mundial en producción de series de televisión y en la producción de películas, sino que también son ávidos consumidores de productos culturales”, concluyó Narvaja.